Caldas

Le cerraron puertas, tuvo que lavar carros y cumplió su sueño en Caldas: "¿Por qué me daría pena ser sordo?"

2025-05-12
Un guiño a la inclusión laboral. Más oportunidades para las personas no oyentes pide Andrés Felipe Castro, quien encontró una chance en la empresa FLP, en Chinchiná. La sonrisa y el humor son sus idiomas.
Fotos | Freddy Arango | LA PATRIA Un guiño a la inclusión laboral. Más oportunidades para las personas no oyentes pide Andrés Felipe Castro Quintero (izq.), quien encontró una chance en la empresa FLP, en Chinchiná. La sonrisa y el humor son sus idiomas. A la derecha su prima e intérprete, Tatiana Vallejo Quintero.
Santiago Carmona Caraballo

Las manos de Andrés Felipe Castro Quintero son la voz de sus compañeros de trabajo. Cuando aparece el agotamiento en la jornada laboral, Castro recupera los ánimos.

"Empiezo a bailar o recochar y se animan. Así se va el cansancio. Les digo que juguemos", cuenta. Con los dedos, lleva la batuta de las pausas activas. Gracias a la lengua de señas, alcanza el humor, un idioma que todos entienden.

Andrés Felipe Castro es líder de maquinaria en el área del mango y trabaja en empaque de aguacates.

 

No oyentes en Chinchiná, en busca de oportunidades

Las oportunidades son la mayor carencia de las personas no oyentes en Chinchiná, según Andrés Felipe Castro.

Castro tiene voluntad, pero antes le faltaban oportunidades por ser una persona no oyente: "Empecé buscando trabajo, para nosotros es difícil (…). Tenía muchos sueños. Quería trabajar en la producción de café. Busqué proyectos, pero no resultaban. En Chinchiná casi no hay oportunidades para personas sordas".

Mientras esperaba una chance laboral, Castro se ganaba la vida lavando vehículos cerca de su casa, con la ilusión de que lo llamaran entidades a las que se presentó. "Estaba dispuesto a trabajar en lo que sea", recuerda.

Esa espera lo agotó y hace siete años decidió presentarse en FLP, una empresa que exporta aguacate y produce pulpas y concentrados de frutas en Chinchiná (Caldas). Allí le abrieron las puertas y cumplió su sueño de tener un empleo formal.

"Me dieron la oportunidad. Estoy orgulloso. Todos [los colegas] son como una familia. Amo estar en la empresa. Antes lavaba carros, ahora pienso en el futuro", agradece Castro.

Su rostro es tan expresivo como sus manos. Su sonrisa delata la esperanza de darles educación superior a sus dos hijos cuando crezcan, la tranquilidad de tener seguridad social y la ilusión de pensionarse. Dice que tiene ímpetu para rato: "Quiero trabajar mucho en la empresa, así esté viejo".

 

Lengua de señas: "Los sordos somos profesores"

Andrés Felipe Castro Quintero y Tatiana Vallejo Quintero en la sede de FLP.

Desde el 2018, FLP ha madurado su programa de inclusión laboral. Andrés Felipe Castro es uno de los seis trabajadores no oyentes vinculados a la empresa. La entidad tuvo apoyo del Centro Integral de Inclusión Social (Ceder) para aprender la lengua de señas, en un curso del que Castro y su mamá también fueron alumnos.

Castro exprime cada minuto de su labor con las frutas y con sus compañeros. Así se convirtió en líder de maquinaria, dedicado a los jugos, las extracciones y el pesaje. Antes estaba en el área de piña y mora. Ahora trabaja con mango y aguacate.

Mientras Castro lleva las cuentas del mango y revisa la higiene, también da pequeñas clases a sus compañeros: "Los sordos somos profesores que les explican a los oyentes cómo hablar su lengua". Cuando alguien duda al comunicarse con él, rompe el hielo con chistes.

"Al empezar a conocer personas oyentes, nos hicimos amigos. Les explico y aprenden algo del lenguaje de señas. Cojo rápido las señales que me dan. Intento que nos comuniquemos de la mejor manera", expone.

 

El ritual antes del trabajo

La escucha acompañó a Andrés Felipe Castro en sus primeros 10 meses de vida. "Tuve fiebre. Me llevaron al médico, me aplicaron una inyección mal y perdí la audición", relata. Perder ese sentido le hizo ganar, con los años, seguridad en sí mismo: "Me siento orgulloso de ser una persona sorda. Mi mamá está orgullosa de mí".

Desde hace siete años sigue al pie de la regla su ritual antes de trabajar: "Me baño, me afeito y quedo hermoso, me organizo, desayuno y le pido la bendición a mi mamá". Sin embargo, el protocolo está incompleto hasta que llega a FLP y bromea con las personas oyentes.

"¿Por qué me daría pena ser sordo o salir? En la calle hay gente grosera, pero ignorarla es una decisión", enfatiza Castro. Su sonrisa y sus gestos son más evidentes que las palabras.

*LA PATRIA entrevistó a Andrés Felipe Castro Quintero con ayuda Tatiana Vallejo Quintero, quien es intérprete de lengua de señas y su prima.

 

El mar, en el horizonte de Andrés Felipe Castro

Andrés Felipe Castro tiene 40 años. Es una persona no oyente nacida en Chinchiná. Conduce moto desde hace 13 años y recuerda especialmente las lecciones de su padre sobre las señales de tránsito.

Presume que ha conducido hasta Medellín, Manizales y Pereira. Su sueño es conocer el mar. "La comunidad de sordos maneja con facilidad", remarca.

 

Atesoran las oportunidades

Angélica María Cardona Aristizábal, de FLP Colombia, explica que la empresa tiene dos líneas: una para exportar aguacate y otra para producir pulpas y concentrados como mora y mango. Tienen relaciones comerciales con Coca-cola y supermercados en el extranjero.

La organización está ubicada en Chinchiná, al lado del lago Cameguadua, y existe desde el 21 de octubre del 2014.

Cardona resalta el compromiso de las seis personas no oyentes que laboran en la compañía, pues atesoran las oportunidades de trabajo.

La inclusión laboral ha implicado esfuerzos de ambas partes. Por ejemplo, FLP tuvo que añadirle un componente visual a la alarma de evacuación para que los no oyentes se enteren si se activa.


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