
En el país de la magia y otras traducciones: editan libro con la poesía traducida por Eduardo López Jaramillo

Durante las décadas de 1970 y 1980, el escritor poeta y traductor pereirano Eduardo López Jaramillo trabajó silenciosamente en un proyecto literario poco común en el contexto regional: la traducción de poesía de autores europeos de vanguardia, muchos de ellos apenas conocidos en el mundo hispanohablante.
Hoy, más de 30 años después, parte de ese trabajo ve la luz gracias a la colección editorial Destiempo, que en su segunda entrega publica un volumen inédito con versiones al español de poetas como Ezra Pound, Guillaume Apollinaire, Jacques Prévert, Henri Michaux y Constantin Cavafys, bajo el título En el país de la magia.
Esta publicación no solo permite volver a la obra de López Jaramillo, sino también valorar la traducción como un gesto cultural profundo: una forma de conectar a Pereira con otras sensibilidades estéticas, de ampliar el horizonte de lectura de la ciudad y de dejar rastro de las inquietudes intelectuales de un autor que siempre buscó el diálogo con las literaturas del mundo.
Poemas para un país de la magia
El núcleo del libro lo componen las traducciones del poeta belga Henri Michaux, especialmente de su libro Au pays de la magie (En el país de la magia), una obra compuesta por textos breves, oníricos y de tintes esotéricos.
Eduardo López trabajó estas traducciones hacia diciembre de 1997, y aunque nunca las publicó en su totalidad, dejó un manuscrito con más de la mitad del conjunto original.
Se trata de un material prácticamente inédito en español, manifestó Mauricio Ramírez, gestor cultural de Periera y director general de la colección literaria.
“Encontrar una edición completa en castellano de ese libro es muy difícil. En internet hay apenas algunos poemas sueltos. Esta edición puede ser considerada como la primera versión sustancial de ese libro en nuestra lengua”, explica Mauricio Ramírez, también miembro del comité editorial de Destiempo.
La publicación incluye también traducciones de Jacques Prévert, con su tono coloquial y lírico; de Guillaume Apollinaire, figura clave del simbolismo y el cubismo literario; y de un pequeño conjunto de poemas de Cavafys, a quien López Jaramillo le tradujo un libro titulado Poemas canónicos.
La presencia de Ezra Pound, uno de los autores más influyentes del siglo XX, destaca por la dificultad de su lenguaje y las complejidades culturales que implican su traducción.
Una mirada desde Pereira
Más allá de su valor literario, este libro de traducciones plantea una pregunta de fondo: ¿por qué sorprende que un autor pereirano haya traducido a Cavafy o a Michaux?
En la solapa del libro ponen una anécdota que le sucedió a López Jaramillo en una visita a Bogotá, donde sorprendidos le preguntaron cómo había una versión en español desde Pereira del poeta alejandrino.
“Los críticos de la capital se asombraban, públicamente, de que en Pereira hubiera aparecido una version española de la poesía completa de Constantin Cavafy. A lo que él respondió ¿Y por qué no? Si entre nosotros también se traduce a Pound y a Michaux”.
Para los miembros de Destiempo, esta anécdota resume el complejo histórico de invisibilidad cultural que ha enfrentado Pereira.
“Creemos que aquí no hay nada, que nunca ha habido nada, y eso no es cierto. Lo que falta es acceso, circulación, memoria”, agrega Ramírez.
La traducción, en manos de Eduardo López, no fue un ejercicio académico ni un pasatiempo ocasional. Fue una apuesta política y estética por expandir el repertorio simbólico de Pereira, una ciudad que en ese momento no tenía ni librerías especializadas ni redes de crítica literaria consolidadas.
López Jaramillo fue un lector voraz, un traductor autodidacta y un gestor cultural que ayudó a crear la Colección de Escritores Pereiranos. Desde su trabajo como editor y promotor literario, defendió la necesidad de acercar a los lectores locales a otros mundos posibles a través del lenguaje.
Hacia una historia de la traducción en Pereira
Aunque este libro se enfoca en López Jaramillo, no es el único que ha ejercido el arte de la traducción desde la ciudad.
Existen antecedentes como el de Sixto Mejía, quien en las primeras décadas del siglo XX tradujo textos de Rabindranath Tagore.
Más recientemente, autores como Liliana Herrera, Gustavo Acosta, César Salazar han trabajado con textos de Cioran y otros escritores europeos, sumando así a una tradición silenciosa pero sostenida.
“Lo que estos ejercicios nos muestran es que sí ha habido una interlocución entre Pereira y el pensamiento literario universal. Y que esa interlocución ha pasado, muchas veces, por el trabajo paciente y poco reconocido de los traductores”, afirma Ramírez.
La publicación de En el país de la magia no pretende resolver los vacíos de circulación que aún persisten en la ciudad. Son 200 ejemplares, financiados de forma autogestionada.
Sin embargo, representa una invitación clara: leer, investigar y reconocer el valor de quienes, como Eduardo López Jaramillo, hicieron de la traducción una forma de conversación con el mundo.
“No se trata solo de rescatar nombres. Se trata de construir una historia cultural más honesta, más completa, que incluya las preguntas, las búsquedas y las palabras que han nacido también desde aquí”.
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