Educación

Estudio dice que profes siguen con clases a pesar de recibir insultos y agresiones de estudiantes, vea cifras

2025-08-11
Foto I Cortesía archivo Unimedios I LA PATRIA Los docentes también afrontan incidentes de agresión en medio de sus jornadas escolares, indica un estudio de la Universidad Nacional de Colombia.
Foto I Cortesía archivo Unimedios I LA PATRIA Los docentes también afrontan incidentes de agresión en medio de sus jornadas escolares, indica un estudio de la Universidad Nacional de Colombia.
Óscar Veiman Mejía

La siguiente cifra es del Sistema de Información Unificado de Convivencia Escolar: Entre el 2020 y marzo del 2025 se contaron en Colombia 11.161 casos de acoso, ciberacoso y agresión escolar a docentes.

Así lo registra en una interesante y alarmante nota la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional de Colombia.

En el artículo registra el estudio de la psicóloga Ángela Victoria Vera Márquez, quien es candidata a Doctora en Psicología de la Una y es la directora del programa de Psicología de la Universidad del Rosario.

Ella, añade la información, analizó 240 narrativas de 80 profesores de primaria y bachillerato de colegios públicos y privados, en ciudades como Bogotá, Barranquilla e Ibagué, así como en zonas rurales del Eje Cafetero y Tolima.

Agrega: "Detrás de estas cifras están los maestros quienes a diario enfrentan conflictos en el aula, y en algunos casos aun después de ser insultados, cuestionados o agredidos por sus estudiantes, continúan la clase y sus actividades, en una autoexigencia por su responsabilidad docente y por cumplir su rol adulto, incluso cuando reconocen haberse sentido lastimados".

La Agencia reporta que la investigadora les pidió a los docentes narrar sus experiencias desde tres perspectivas:

 

1.

Cuando se sintieron lastimados por estudiantes (víctimas).

 

2.

Cuando fueron ellos quienes pudieron lastimar (perpetradores de daño).

 

3.

Cuando presenciaron peleas entre sus alumnos (observadores).

 

Adiciona que los relatos mostraron que, lejos de ser solo testigos o facilitadores del aprendizaje, los maestros están emocionalmente implicados en los conflictos escolares.

También cita palabras de la experta: “el problema es que el sistema educativo debe fortalecer las estructuras de acompañamiento para que en los conflictos escolares los docentes elaboren e integren sus experiencias y las de sus estudiantes. En particular, se requiere apoyo para que en este tipo de situaciones integren su responsabilidad docente, su experiencia emocional y su conocimiento de sí mismos y de los otros”.

Así mismo, que aunque se ha enfatizado en rutas, manuales y reglamentos, uno de los desafíos es el acompañamiento emocional a maestras y maestros, pues su rol se evalúa pero su bienestar psicológico no se cuida.

 

 

Lo que revelan las narrativas docentes

El informe de la Universidad también expone que desde la posición de víctimas, algunos resultados mostraron que un subgrupo de profesores reportó sentimientos de enojo y malestar, pero antepusieron su imagen de autoridad sobre el bienestar propio.

Refiere otra conclusión de la profesora Vera: “Este interés por mantener el orden puede generar acumulación de tensiones no resueltas con consecuencias para la salud mental, que requieren apoyos específicos”.

Además, que como observadores del conflicto, los docentes pueden estar viviendo situaciones de violencia indirecta que no siempre son reconocidas, pero que a largo plazo pueden afectar su bienestar. Algunos de los conflictos que presencian y acompañan entre los estudiantes incluyen agresiones físicas, bullying —acoso escolar repetido, que puede ser físico, verbal, social o virtual—, e incluso casos de abuso sexual.

Otros puntos del análisis indican: En la perspectiva de perpetrador de daño, el profesorado reconoció momentos en los que su acción como docente, aunque pedagógica y sin intención, pudo haber causado daño, como por ejemplo al hacer un comentario sobre un trabajo, no recibir un trabajo fuera del plazo, exigir exposiciones o hacer evaluaciones que los estudiantes percibieron como injustas. En estos casos, los profesores mostraron una alta conciencia del impacto emocional en el alumnado y relataron intentos de reparación.

No se trata de juzgar, sino de entender cómo narran los maestros las experiencias de daño en el contexto escolar, qué elementos están en juego, y cómo se integran las emociones, las creencias, las motivaciones y las razones en esas decisiones”, menciona la académica Vera.

 

Agencia moral en la labor docente

La investigadora señala además que “aunque en la Psicología existen varias teorías sobre la agencia moral, aquí la entendemos como la forma en que las personas construyen, integran o elaboran las experiencias de daño propias y de los otros. Esto implica reconocer que las acciones que lastiman están directamente relacionadas con estados psicológicos como emociones, creencias, deseos, motivaciones, intenciones o razones”.

La Unal agrega que el estudio, realizado en la línea de investigación Desarrollo de Conocimiento Social del Doctorado en Psicología de la Una, con la dirección del profesor Roberto Posada, propone que “al narrar situaciones de conflicto con sus estudiantes, los docentes están elaborando un sentido de sí mismos y de los demás como agentes morales”.

Advierte que aunque la experiencia de daño puede ser desafiante para todos los actores escolares, abordar la experiencia emocional de maestros y maestras implica comprender que ellos se pueden involucrar desde diferentes perspectivas: pueden ser víctimas o sentirse afectados, y en ocasiones también pueden lastimar a otros. Esto no los hace menos profesionales, sino más humanos.

Sobre la reciente aprobación en el Congreso de la República de la Cátedra de Educación Emocional, que busca que los estudiantes adquieran habilidades para la vida, la empatía y el cuidado de sí mismos y de los demás, la investigadora considera que “esta es una oportunidad para repensar el rol del maestro, no solo como formador sino como sujeto emocionalmente implicado en la vida escolar, pues muchas veces su experiencia emocional queda desdibujada”, adiciona Unimedios en esta información.

El informe de la U. Nacional con la docente Vera finaliza con que “También es fundamental que la Cátedra Emocional reconozca que todos los actores escolares necesitamos acompañamiento y apoyo desde nuestros distintos roles. A su vez, el desarrollo de la Cátedra en el país puede ser una oportunidad para abordar cuestiones de educación y de agencia moral, además de desarrollar intervenciones que integren las diferentes perspectivas que podemos tener en los conflictos cuando lastimamos, cuando nos lastiman o cuando somos observadores”.

 

 

Foto I Cortesía archivo Unimedios I LA PATRIA

Los docentes también afrontan incidentes de agresión en medio de sus jornadas escolares, indica un estudio de la Universidad Nacional de Colombia. estudio incluyó a docentes del Eje Cafetero.

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