Educación

Investigar las historias personales, clave para entender los patrones de consumo de sustancias en Manizales

2025-07-18
Manuel Ignacio Moreno Ospina, profesor e investigador de la Universidad de Caldas.
Foto | LA PATRIA Manuel Ignacio Moreno Ospina, profesor e investigador de la Universidad de Caldas.
Diana Pía Vidal

Manizales, la capital del departamento de Caldas, está ubicada en el centro occidente de Colombia, en el Eje Cafetero, y sobre la Cordillera Central de los Andes. Estos datos, aunque obvios, son relevantes para entender por qué Manizales figura entre las principales ciudades del país con mayores índices de consumo de sustancias psicoactivas.

Manuel Ignacio Moreno Ospina, profesor e investigador de la Universidad de Caldas y director de la maestría en Culturas y Drogas, en la misma institución, aborda la situación desde cuatro variables:

1. La modernidad

Moreno Ospina considera que el aumento de consumo se debe, entre otros puntos, a una práctica característica de la modernidad. "En los últimos 30 años Manizales ha crecido tanto urbanísticamente como en número de habitantes, y el proceso migratorio no solo llegan personas del departamento sino del resto del país", expone el investigador, quien además precisa que no necesariamente por la llegada de otras personas se da el fenómeno, sino que en términos sociológicos cuando las ciudades se hacen más grandes, las relaciones sociales se complejizan.

2. Historia

El Centro de Noticias Jurídicas de España expuso que el alcohol y los opiáceos fueron los primeros psicoactivos empleados, alrededor del año 5.000 a.C, con la finalidad de alterar el funcionamiento normal del sistema nervioso central.

El cáñamo (cannabis sativa) se cultiva en China desde hace 4.000 años y en América, el imperio incaico (andino) sacaba tres cosechas anuales de hoja de coca (erythroxylum coca lam) las cuales se utilizaban como analgésico y energizante de uso diario, especialmente, en virtud de la fatiga producida por la altura, asegura el centro.

Asimismo, la sociedad Azteca empleaba la ingestión del hongo teonanacatl y el consumo de peyote con fines religiosos.

Por lo tanto, Moreno Ospina, afirma que no es un fenómeno social de las últimas décadas: "Las personas consumían, no necesariamente el tipo de drogas que nosotros conocemos hoy, pero consumían las habían en ese momento", señala.

3. Cultura

El consumo de licor se considera que está inmerso en las relaciones sociales y familiares. El investigador Moreno Ospina da un ejemplo: "En el norte de Caldas están en un cumpleaños o en una confirmación y le pasan el aguardiente al joven de 12 años y le dicen: 'Papito, tome este aguardiente, que usted es un berraco'. El tema de la festividad ha estado muy presente en estas culturas paisas, además de la cultura cafetera que también tiene que ver con eso".

No obstante, anota que la cultura no es buena ni mala, "es un hecho social que está allí y no podemos tener juicios de valor".

4. Accesibilidad

En el 2024 se detectaron 34 nuevas drogas a nivel mundial. Es decir, cada vez aparecen muchas más y ni el Estado ni la Policía alcanzan a analizar las composiciones químicas de estas drogas, porque cada vez está más acelerado.

Con base en ello, el profesor Manuel Ignacio recomienda que debe haber una apropiación, con el fin de llegar a ellas cada vez más fácil.

Es un corredor de personas 

Retomando la posición geográfica de Manizales, nos encontramos con que esto la convierte en una ciudad intermedia, paso hacia el norte y hacia el sur. Asimismo, en una una ciudad diversa y propicia para jóvenes universitarios y empresarios.

Pero más allá, cabe señalar que históricamente Manizales ha sido, de acuerdo con el profesor Manuel Ignacio, una ciudad conservadora desde la actitud de la vida, la ética y la tradición.

Sin embargo, el proceso migratorio ya mencionado, la convierte en un lugar que a pesar de tener cerca de 500 mil habitantes ha abierto espacio para nichos irreverentes e ideologías de otras partes de Colombia, lo que además de dinamizarla y enriquecerla culturalmente, la convierte en un reto de políticas públicas, entre ellas la del consumo.

Y, ¿cómo va Manizales en políticas públicas?

"Ahora Manizales está muy quedada. De hecho, me atrevería a decir que hay un pequeño vacío de la política pública a nivel nacional. Es cierto que en el 2023 el Gobierno nacional implementó una política pública de droga 2023-2033, excelente, pero está ahí en el libro, todavía no se ha implementado", responde Moreno Ospina.

Moreno Ospina complementa que todavía falta aportar más y crear una política mucho más definida y decidida, pues abordar este fenómeno desde las prohibiciones cocha con derecho generales y provoca un efecto contraproducente.

Así las cosas, el docente reconoce que las drogas hacen parte de los seres humanos y nadie va a acabar con ella. "Es una utopía".

"Hay que aprender a convivir con las drogas. ¿Qué tenemos que hacer? Aprender a vivir con el enemigo. Entonces, acá no podemos prohibir. Ya nos hemos dado cuenta que todas las acciones políticas de prohibición desencadenan un efecto contrario. Lo importante es educar, lo que pasa es que no queremos hablar del tema".

Es un tema de salud mental 

Las investigaciones cualitativas realizadas desde la Universidad de Caldas han arrojado que finalmente el tema de drogas está relacionado al problema de salud mental. "Esto es un tema de salud pública. Entonces, nos tenemos que preguntar qué está pasando por la mente de las personas", insiste Moreno Ospina.

Asimismo señala que los estudios se han limitado a saber cuándo fue la última vez que alguien consumió consumo. "Esos índices de investigación hay que cambiarlos". Por el contrario, se deben conocer los modos de vida, la constitución familiar, qué pasa en el entorno y las tendencia de suicidio.

¿Cómo abordar el fenómeno?

En las instituciones educativas

De los 50 colegios que existen en Manizales, solo siete cuentan con Zonas de Orientación Escolar (ZOE), los dispositivos emanados por el Ministerio de Salud para atender a las personas que están en estado de consumo.

*Hacer una diferenciación de las drogas, porque todas tienen una composición química diferente.

*Abordar un enfoque pedagógico, desde los derechos humanos y la convivencia

*Buscar mecanismos en la Secretaría de Educación para hacer seguimiento a los jóvenes.

*Hacer investigación.

*Consolidar los instrumentos de atención.

En las familias

*Hablar del tema, sí y solo sí si se presentan situaciones relacionadas al consumo de drogas.

En lo público

*Crear espacios de debate público desde un proceso pedagógico para reducir el daño, sin hacer analogía a ella.

"Hablar de droga no solamente es hablar de las buenas y de las malas, sino que hablar de drogas es hablar, por ejemplo, de la autonomía y habilidades para la vida", Manuel Ignacio Moreno Ospina, profesor e investigador de la Universidad de Caldas.


Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.

Síganos en FacebookInstagramYouTubeXSpotifyTikTok y en nuestro canal de WhatsApppara que reciba noticias de última hora y más contenidos. 

 

Powered by Sindyk Content
Arriba