"Sobreviví a un tiro en la cabeza": testimonio del líder de víctimas en Risaralda

En un país marcado por la violencia política, el nombre de Eisenhower Zapata resuena como un símbolo de resistencia. 

Este reconocido líder de derechos humanos y actual miembro de la Mesa Departamental de Víctimas en Risaralda, vivió en carne propia el horror de un atentado.

En 2018, fue dado por muerto tras recibir un disparo en la cabeza, en lo que se conoce como un "tiro de gracia". Contra todo pronóstico, sobrevivió.

"Los disparos fueron detrás de la oreja derecha, en el cráneo. Sobreviví gracias a la intervención oportuna de neurocirujanos", relató Zapata en entrevista con Infórmate Eje

Tras una recuperación que tomó cerca de tres meses, Eisenhower no solo volvió a caminar y hablar, sino que redobló su compromiso con las víctimas del conflicto armado en Colombia. 

Hoy, sigue denunciando las amenazas contra líderes sociales y alzando su voz frente al preocupante panorama político.

La reciente agresión contra el senador Miguel Uribe Turbay, quien también fue víctima de un ataque con arma de fuego, ha reabierto heridas y traído al presente los fantasmas de la violencia que aún persiste. Para Zapata, las similitudes son evidentes y preocupantes.

“Uno depende de un milagro para sobrevivir a este tipo de atentados. Es lamentable lo ocurrido. Se debe bajar el lenguaje violento antes de que se transforme en violencia física”, afirmó con voz firme.

Zapata advierte que el discurso de odio en redes sociales, medios de comunicación y desde algunos sectores políticos puede ser el detonante de actos violentos. Considera que la polarización actual está afectando profundamente el clima democrático del país, especialmente en vísperas de un nuevo calendario electoral.

Seguridad electoral: una deuda pendiente

El defensor de derechos humanos cuestionó la falta de acción de las autoridades electorales y del Gobierno Nacional. Asegura que, a pesar de haber iniciado oficialmente el calendario electoral hace dos semanas, los comités de garantías no se han activado de manera efectiva para proteger a los candidatos, sin importar su ideología.

"No se puede permitir que el lenguaje violento se normalice. Es responsabilidad del Estado reforzar la seguridad, sin distinciones políticas", enfatizó.

También hizo un llamado urgente a revisar los esquemas de protección, pues considera que los líderes sociales, candidatos y defensores de derechos humanos siguen en riesgo constante. “Si los atentados provienen de grupos en negociación con el Gobierno, se estaría debilitando cualquier posibilidad real de paz”, agregó.

La voz de las víctimas no será silenciada

El testimonio de Eisenhower Zapata no solo conmueve, sino que interpela. Pone en evidencia la necesidad de reconstruir un diálogo social basado en el respeto, la protección de la vida y la dignidad humana. A pesar de haber estado al borde de la muerte, hoy lidera procesos de memoria y justicia en Risaralda.

Como defensor de los derechos humanos y víctima de la violencia, su vida es una denuncia permanente y un llamado urgente a la reconciliación nacional.

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