
Cristina Fernández, entre la historia y el presidio en Argentina

La Corte Suprema de Justicia de Argentina puso punto final a un largo capítulo judicial y político al ratificar ayer la condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Un fallo histórico que reconfigura el mapa político del país y pone en vilo a una figura que marcó las últimas dos décadas de la vida nacional.
El máximo tribunal del país rechazó el recurso presentado por su defensa en la causa "Vialidad", que investiga supuestas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas en Santa Cruz, provincia natal del fallecido expresidente Néstor Kirchner. La condena había sido dictada en 2022 y confirmada por la Cámara de Casación en noviembre de 2024. Ahora, con esta decisión, la sentencia queda firme y su cumplimiento podría ejecutarse en cualquier momento.
Un golpe con cronómetro político
La decisión del Supremo llega apenas ocho días después de que Fernández anunciara su precandidatura a legisladora en la provincia de Buenos Aires. Pero con el fallo anticipado —antes del 19 de julio, fecha límite para la inscripción de candidaturas—, queda fuera de carrera. El "cepo al voto popular", como ella misma lo denominó, deja al peronismo sin una de sus figuras más poderosas, justo cuando el Gobierno de Javier Milei atraviesa sus primeros sacudones económicos y sociales.
En un discurso encendido desde la sede del Partido Justicialista, Fernández no se guardó críticas: calificó a los jueces de la Corte como un “triunvirato de impresentables” y denunció que responden a intereses del "poder económico concentrado" que pretende, según dijo, “impedir la reorganización del campo nacional y popular”.
La líder polarizante
A sus 72 años, Cristina Fernández representa uno de los fenómenos políticos más intensos de la Argentina democrática. Elegida dos veces presidenta y una vez vicepresidenta, su estilo confrontativo, su poder de movilización y su capacidad para influir en las grandes decisiones políticas del país han hecho de ella un personaje tan amado como resistido.
Para sus seguidores, la condena es el último capítulo de una larga saga de persecución política, encarnada en el concepto de lawfare. Para sus detractores, el fallo es el resultado de un proceso judicial legítimo y largamente esperado. Entre ambos extremos, la sociedad argentina vuelve a dividirse, una vez más, frente a la figura que, para bien o para mal, moldeó gran parte de su destino reciente.
¿Prisión efectiva o domiciliaria?
El fallo ya fue remitido al Tribunal Oral Federal 2, a cargo del juez Jorge Gorini, quien deberá ejecutar la condena. La defensa de Fernández podría solicitar el beneficio de prisión domiciliaria, dado que supera los 70 años, pero la posibilidad de verla detenida —aunque sea en su casa— ya no es remota.
"Nosotros no nos profugamos. No somos mafiosos. Ponemos el cuerpo", afirmó Fernández, flanqueada por su hijo Máximo Kirchner y su cuñada Alicia Kirchner, en un claro mensaje político con sabor a despedida combativa.
Milei celebra la condena
El presidente argentino, Javier Milei, celebró ayer el fallo de la Corte Suprema que ratificó la condena a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, y dijo que se hizo "justicia".
"Justicia. Fin. PD: La república funciona y todos los periodistas corruptos, cómplices de políticos mentirosos, han quedado expuesto en sus operetas sobre el supuesto pacto de impunidad", publicó el presidente en su perfil de la red social X, en alusión a quienes lo acusaban de mantener un pacto con la exmandataria.
Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.
Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.