
Organizaciones ambientales en Manizales rechazan declaraciones del alcalde sobre protestas ciudadanas

Organizaciones socioambientales, colectivos ciudadanos y veedurías legalmente constituidas en Manizales expresaron su rechazo y preocupación frente a recientes declaraciones del alcalde Jorge Eduardo Rojas, quien en una entrevista con el medio Alerta Manizales señaló que algunas de las protestas ciudadanas en torno a obras públicas y afectaciones ambientales provienen de “grupos de izquierda que iniciaron campañas de desprestigio”.
Para estos sectores, las palabras del mandatario no solo son irresponsables y estigmatizantes, sino que además ponen en riesgo a quienes ejercen su derecho constitucional a la participación y al control social, especialmente en temas sensibles como el ambiente y el uso del suelo.
“No somos enemigos, somos ciudadanos organizados”
La Veeduría Ciudadana Camino de la Palma Real, de la comuna Palogrande, fue una de las primeras en pronunciarse, rechazando enfáticamente las declaraciones del alcalde, al considerar que estas ponen en peligro la vida y la integridad de sus integrantes. “Este tipo de señalamientos exponen a nuestras y nuestros integrantes a riesgos reales para su vida, su integridad y su libre ejercicio ciudadano”, señaló la organización.
La Veeduría recordó que fue constituida legalmente el 3 de junio de 2022 y que está compuesta por personas de distintas ideologías, credos y trayectorias. “Ningún color político nos define ni nos limita. Lo que nos une es la defensa del espacio público, la biodiversidad y los derechos ambientales”, agregaron.
Asimismo, advirtieron que participar en las decisiones del territorio, como lo establece la Constitución y las leyes 850 de 2003 y 1757 de 2015, no es un delito ni un acto de sabotaje, sino un derecho democrático y un deber ciudadano.
“Nuestra defensa nace desde los barrios y los árboles”
En la misma línea, el Movimiento Socioambiental Kumanday también rechazó lo que consideró una forma de persecución política y perfilamiento ideológico, en respuesta a su oposición a ciertas acciones de la administración municipal que han afectado el arbolado urbano, relictos boscosos y corredores ecológicos.
“Las talas indiscriminadas, las podas mal realizadas y la desaparición de coberturas vegetales fundamentales para el equilibrio ecológico de la ciudad vulneran el derecho colectivo a un ambiente sano. Exigimos respeto y transparencia”, declararon.
El colectivo exigió la suspensión inmediata de las talas sin estudios participativos, una auditoría pública sobre las decisiones ambientales, y el reconocimiento del arbolado urbano como bien común. “No queremos que nos perfilen ni nos criminalicen. Nuestra defensa no es solo por un barrio, es por el planeta”, agregaron.
La respuesta del alcalde
Durante la entrevista, el alcalde Jorge Eduardo Rojas defendió las obras que adelanta su administración y aseguró que todos los proyectos han sido socializados en las comunas. También afirmó que, si bien hay personas que se oponen, muchas más respaldan las intervenciones como la construcción de parques y mejoras urbanas.
“¿Qué de malo puede tener hacer un parque? Si no lo quieren, esa plata se puede usar en otra cosa. Pero lo que queremos es mejorar la vida de la gente. No nos vamos a inventar cosas locas”, declaró Rojas.
Respecto a las manifestaciones de rechazo, el mandatario aseguró que algunos de estos movimientos están relacionados con “la campaña política que ya arrancó”, atribuyéndolos a “gente de la CUT, de grupos de izquierda y de amigos del gobierno anterior”.
Asimismo, defendió las talas realizadas, argumentando que en casos como el de San Jorge se talaron 10 árboles, pero se sembrarán 150 en compensación. Lo mismo se hará en La Enea.
Rojas también señaló que su gobierno sembró más de 7 mil árboles el año pasado y que las podas y descopes en lugares como la Avenida Santander responden a informes técnicos y necesidades fitosanitarias.
Un debate que trasciende la técnica
Para las organizaciones sociales, sin embargo, el debate no es solo técnico, sino profundamente democrático y ético. “Cuestionar una tala o exigir estudios participativos no es hacer oposición política, es ejercer ciudadanía”, concluyeron.
Las tensiones entre la administración municipal y los colectivos ciudadanos reflejan una discusión de fondo sobre el modelo de ciudad, el respeto por la participación comunitaria y el lugar que ocupa la naturaleza en el desarrollo urbano. Lo que está en juego, advierten los movimientos, no es solo el arbolado, sino la salud democrática y ambiental de Manizales.
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