Cantante de la Sonora Matancera revela su amarga experiencia en Colombia: pérdidas y promesas incumplidas

El cartel era de lujo: Nelson y sus Estrellas, La Sonora Matancera, Freddy Montoya y Los escorpiones, y Los Corraleros de Majagual. Todo, para celebrar el Día de Las Madres el pasado 10 de mayo en Cartago (Valle del Cauca).

Entre los convocados estaba Lenia Díaz, cantante cubana radicada en Miami (Estados Unidos), quien además de cantar para la Sonora, hace parte de la orquesta Celia Cruz All Stars, dirigida por Ólmer Pardillo, exmánager de la Guarachera.

Lenia cuenta con una trayectoria musical de 20 años y fue un empresario quien la contactó para que hiciera parte del espectáculo. Explicó que el hombre le pidió un precio cómodo en su presentación, como un abrebocas de su nueva relación comercial, y así podría llevarla a otras presentaciones.

La cantante accedió y por mil dólares (cerca de $4 millones) aceptó, y con la condición de que debía pagarle sus pasajes aéreos, hospedaje y alimentación. Pero desde el principio, todo empezó a oler mal.

Un hotel de mala muerte

Lenia explicó que tras llegar a Pereira, la hospedaron en un hotel sin televisión, wifi o agua caliente, en malas condiciones y con humedades. Tras quejarse con el empresario, este la llevó a otros hospedaje en Cartago, y si bien las cosas mejoraron, tampoco estaba en condiciones óptimas.

Días antes del concierto empezó a temer lo peor, pues el señalado sostenía que las ventas no iban bien, no había vendido ni la mitad de palcos. Sin embargo, ella lo alentó y le dijo que las cosas mejorarían, pero esa actitud de él parecía ser parte de su estrategia.

En medio de la presentación, la artista recordó que hubo músicos que se negaron a subir al escenario si no les pagaban y el hombre se vio obligado a recoger dinero de la comida que se iba vendiendo para completar el pago. Además, a ella le tocó cantar cerca de las 2:00 de la mañana.

Al día siguiente, cuando esperaba su dinero, el empresario le explicó a Lenia que le había ido mal y cuando los patrocinadores le pagaran, le respondería por sus mil dólares. Sin embargo, un mes después no ha sabido nada, y en medio del tire y afloje, terminó bloqueada por él.

Invirtió y perdió

Otra mujer, propietaria de un restaurante, aseguró que perdió cerca de $20 millones. Conoció al señalado, cuando llegó a su negocio y le preguntó si conocía de viejotecas para alquilar. Ahí la terminó metiendo como inversionista.

Ella sostuvo que terminó con el oído endulzado y empezó a entregarle dinero al hombre, hasta que no fue capaz de darle más. Por cada boleta que vendía, le entregaba el dinero y ya metida, no vio más de otra que seguir.

Tuvo que comprar un cerdo, con lo que se alimentaría a los asistentes al concierto, pero se dio cuenta de que el sujeto había vendido entradas con comida incluida y ese dinero tampoco lo recuperó. Añadió que sumado a eso, se encargó de la alimentación de los artistas y hasta tuvo que asumir una deuda en un hotel.

Debido a que en medio de las discusiones recibió supuestas amenazas del empresario, acudió a la Fiscalía a denunciar estos hechos y la pérdida de su inversión. Sin embargo, funcionarios de la entidad en Cartago le indicaron que no había pruebas suficientes para iniciar un proceso, porque "no le había pasado nada".

Comprometido con el pago

LA PATRIA dialogó con el hombre señalado de los supuestos incumplimientos y expuso que a la cantante no se la ha incumplido con nada. Su compromiso es pagarle cuando los patrocinadores respondan con el dinero que le adeudan.

Aseguró que por publicaciones hechas en este medio es que se ganó la mala fama, lo que a la vez provocó el temor de Lenia Díaz, quien por eso le reclamó. En medio de sus discusiones hubo amenazas de denunciarse mutuamente por injuria y calumnia, y por estafa.

Un hombre que prestó el servicio del sonido sostuvo que también tenía una deuda pendiente, pero cuando se le indagó sobre cuánto le adeudaba el señalado, no volvió a contestar. Frente a esto, el empresario respondió que esa deuda ya está saldada.

Ante las quejas de la propietaria del restaurante, alegó que ella era socia suya y no le debe nada. El concierto arrojó pérdidas, lo calificó como un fracaso, dado que esperaba a mil personas y solo llegaron 200.

Enfatizó en que fue el más perjudicado por la realización del evento y los gastos fueron superiores a la inversión. Ante las quejas indicó que el que nada debe, nada teme.

Pide respetar la palabra

La cantante cubana sostiene que Estados Unidos es un país de leyes y la palabra también vale como contrato. Asegura que acudirá a las instancias necesarias en Colombia para que le respondan por su dinero.

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