
Cofres de la Dignidad: un taller en Manizales entreteje memoria y reconciliación tras el conflicto

“Querido sobreviviente, el sol no vuelve siendo el mismo, sentado quizás en el pórtico de la tristeza, anhelaste ver a aquel que se fue y no regresa siendo el mismo o quizás ni siquiera siendo; pero hoy regresa, la espera completó su camino y ahora yo te digo: aquí recibes un maestro que en su ausencia te enseñó a no rendirse, a tener paciencia y sobre todo a entender que los caminos nunca son los mismos"
"Mis manos causaron dolor a alguien como tú, alejé de sus manos a un ser querido porque solo pensaba en mí, fui egoísta y egocéntrico y no puedo sanar tu dolor con mi miseria, pero busco que recibas dignamente, lo que te quitaron, lo que alguien como yo te negó alguna vez… ¡Lo siento mucho! No quiero que más personas pasen por esto”. Felipe Andrés Ramírez Gómez, compareciente Fuerza Pública.
En un pequeño taller de carpintería en algún rincón de Manizales, el sonido de las sierras, los martillos y la lija no era el de una simple fabricación. Era el eco de un pasado violento buscando redención.
Allí, un grupo de hombres, muchos sin experiencia previa en carpintería, se reunían cada semana para dar forma a algo más que madera: construían memoria, tejían dignidad y reconciliación.
Los llamaron “Cofres de la Dignidad”, pero su nombre apenas alcanza a describir todo lo que representan. No fueron encargados por una funeraria ni pensados como un producto comercial.
Son el resultado de un proceso restaurativo, profundamente humano, en el que antiguos actores del conflicto armado, particularmente comparecientes de la Fuerza Pública, decidieron poner sus manos, alguna vez armadas, para transformar la violencia en respeto.
“Este trabajo me ayuda a devolverles de forma digna a algunas personas algo que nosotros les hemos arrebatado”, confiesa Felipe Ramírez, uno de los comparecientes. Él es uno de los 28 hombres que participaron en esta labor silenciosa y simbólica, cargada de intención y reparación.
Corazones que buscan reconciliarse
El taller no solo fue un espacio de trabajo manual, sino también un lugar de encuentro entre el pasado y el presente, entre víctimas y quienes un día representaron al Estado en medio del conflicto.
Diana Patricia Quiceno, representante de la Mesa de Víctimas de Risaralda (Caldas), acompañó este proceso y no ocultó lo que significó para ella:
“Siendo uno de los hechos más dolorosos que dejó el conflicto, es importante reconocer que hay personas que le están apostando al proceso de paz. El encuentro, la sensibilización, la palabra…todo esto lo recibimos como sobrevivientes, con aceptación. Porque construir país requiere que todos trabajemos en ese tejido social que tanto necesitamos”.
Cada cofre encierra mucho más que un cuerpo: contiene respeto, humanidad, reencuentro, conciencia. Son piezas talladas con manos y corazones que buscan reconciliarse, no solo con las víctimas, sino también consigo mismos.
Para Héctor Alejandro Cabuya, compareciente y líder del proceso Gestores de Restauración, esta experiencia significó dar un paso más allá del cumplimiento judicial.
“La comparecencia no puede quedarse solo en ir a la Jurisdicción Especial para la Paz a hablar o firmar. La parte restaurativa comienza desde la sanación interna. Construir estos cofres fue también buscar ese perdón dentro de nosotros mismos”.
El acto de entrega fue íntimo y cargado de simbolismo. 21 cofres recibió Luz Janeth Forero, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).
No solo se trataba de objetos de madera, sino de la posibilidad de que 21 familias pudieran recibir a su ser querido de manera digna, con la solemnidad que la memoria y el dolor merecen.
“La construcción de estas urnas no fue un proceso mecánico”, expresó Forero durante la ceremonia.
“Es un proceso que dignifica a quienes han aportado a la verdad, pero también, a quienes serán finalmente hallados y reconocidos. Porque la búsqueda no es solo encontrar; la búsqueda también es memoria, es justicia, es verdad y es reconciliación. En este proceso se conjugaron todas esas sensibilidades”.
Y así, en un pequeño taller de Manizales, donde antes no había más que clavos, serruchos y tablas sin forma, hoy queda el eco de una historia que comenzó con dolor, pero que eligió continuar por el camino de la restauración.
La Ruta Buscadora, en Caldas
Seis municipios recibirán la Ruta Buscadora en septiembre, una estrategia con la que se pretende acercarse más a las familias de personas desaparecidas:
- Belalcázar, 5 de septiembre
- Arauca (Palestina), 6 de septiembre
- Neira, 7 de septiembre
- Villamaría, 9 de septiembre
- Palestina, 10 de septiembre
- Chinchiná, 11 de septiembre
*Por Mayra Balvin, crónica cortesía de la UBPD.
Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.
Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y en nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.