
Denuncian persecución de Alcaldía de Pereira a refugio urbano de fauna y flora: talaron un árbol

Desde hace más de una década, un pequeño terreno del barrio El Poblado II de Pereira ha pasado del abandono absoluto a convertirse en un refugio de vida silvestre, educación ambiental y orgullo comunitario.
El lugar, conocido popularmente como El Refugio, ha sido creado y sostenido sin recursos públicos por la líder ambiental Olga Patiño, quien ahora denuncia una campaña de persecución y destrucción que pone en riesgo el proceso ambiental más significativo del sector.
“Este era un basurero. Lo dejamos reverdecer, sembramos algunas plantas, pero muchas más han llegado solas, traídas por los pájaros. Aquí no solo hay vegetación: hay educación, hay ciencia ciudadana, hay comunidad”, relata Olga.
A lo largo de 13 años, Olga ha liderado un proceso que le ha merecido reconocimientos del Concejo de Pereira, participación en redes nacionales de conservación, presencia en festivales de cine ambiental y la selección de sus proyectos por la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) en el marco de los PROCEDAS (Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental).
“Participamos con la Junta de Acción Comunal en iniciativas ambientales. Con eso hicimos cartillas, señalética, jornadas educativas con niños y niñas. No hay dinero, pero sí hay voluntad y respeto por este lugar”, cuenta con orgullo.
El sitio ha sido identificado como hogar de zarigüeyas, ranas, guacamayas, murciélagos, insectos nativos y decenas de especies vegetales, todas registradas en plataformas como iNaturalist dentro de programas de ciencia ciudadana.
Olga, además de cooperar con el proyecto Escuela de Bosques Modelo de la Universidad Tecnológica de Pereira, también hace parte del Mercado Agroecológico de la misma, donde fue reconocida como Custodia de Semillas a nivel urbano por su labor en la preservación de biodiversidad.
Pero ese oasis verde, según Olga, está en riesgo.
Persecución institucional
Desde hace un año, Olga denuncia una serie de acciones que, según ella, buscan desmontar el Refugio por razones personales e institucionales.
El conflicto inició cuando un funcionario de Control Interno de la Alcaldía de Pereira, Luis Guillermo García, se mudó cerca del espacio ambiental.
“Desde que él llegó, empezaron a venir Aseo, Diger, Bienes Inmuebles y Espacio Público. Retiraron las vallas instaladas por Carder un domingo a las 7 de la mañana, sin previo aviso, por presiones de su dependencia. Han buscado desacreditar el proceso con argumentos falsos, como que aquí hay ratas o que es un foco de infección. Eso es mentira, y quien viene lo puede comprobar”, afirma Olga.
Incluso asegura que el funcionario ha recogido firmas entre la comunidad, presentando el lugar como un problema de insalubridad.
“Eso generó división, miedo y una sensación de persecución. Tengo medidas de protección por el acoso constante, con denuncias en Fiscalía y Procuraduría. Pero nada parece detenerlo”, añade.
Tala de árboles
La gota que rebosó la copa ocurrió el pasado viernes 20 de junio. Funcionarios de Parques y Arborización llegaron al lugar y, de acuerdo a lo mencionado por Patiño, no presentaron estudios técnicos ni dialogaron con la comunidad.
Se limitaron a talar un árbol que, según los vecinos de Villa del Prado, era vital para la fauna local, porque servía de refugio para aves.
“Ese árbol era nido de aves y refugio de zarigüeyas. Al caer, dañó todo el ecosistema alrededor. Hoy (24 de junio) regresaron a llevarse lo talado, pero le informaron a los habitantes de Villa del Prado, que tenían orden para cortar otros cuatro árboles”, denuncia Olga.
Incumplimiento de acuerdos
Olga asegura que previamente se había llegado a un acuerdo con Parques y Arborización: cualquier intervención en el lugar debía contar con presencia de la comunidad y concepto técnico de Carder. Ninguno de esos procedimientos se cumplió.
“Ya vino Planeación, dijeron que querían hacer de esto el primer bosque urbano de Pereira, un ejemplo de conservación. Pero la realidad es que actúan sin avisar, sin consultar, sin respetar el proceso”.
Y añade: “Este lugar se sostiene por compromiso. Aquí vienen niños, turistas, universitarios. Hemos hecho encuentros, documentales, procesos formativos. ¿Cómo es posible que la Alcaldía, en lugar de apoyarnos, sea la que más daño nos hace?”.
Pronunciamiento de Parques y Arborización
El director de Parques, Zonas Verdes y Equipamiento de la Secretaría de Infraestructura, Julián Hincapié López, explicó que la intervención correspondió a un solo ejemplar y se realizó con base en un concepto técnico que advertía un riesgo para viviendas cercanas.
“El árbol era un quiebra barriga, una especie que por su estructura puede volverse peligrosa. Estaba en un barranco, en un punto sin acceso para carro canasta ni posibilidad de intervención segura con cuerdas, por lo que la única opción era dejarlo caer en caída libre”, aseguró Hincapié.
Según indicó, el árbol representaba un riesgo para las casas ubicadas en la parte baja del refugio y fue necesario actuar por seguridad.
Frente a los cuestionamientos sobre la supuesta falta de articulación con la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), el funcionario afirmó que la entidad tenía conocimiento de la intervención y que incluso él mismo acudió a explicar lo ocurrido ante la autoridad ambiental.
“Fui personalmente con uno de nuestros ingenieros ambientales y se concluyó que la intervención era viable”, señaló.
En cuanto a la participación de la comunidad durante el procedimiento, Hincapié López sostuvo que normalmente las acciones se coordinan con Patiño, pero que en esta ocasión no estuvo presente.
“Ella sabía que se iba a intervenir el árbol, pero pensó que solo se haría una poda parcial. Por las condiciones técnicas, eso no era viable”, explicó.
Sobre futuras intervenciones, Hincapié aclaró que no hay más talas previstas y que solo se actuará en casos donde haya riesgo comprobado.
“Nuestra obligación es proteger estos espacios. Actuamos únicamente cuando hay peligro para la comunidad, y siempre buscamos el acompañamiento de los líderes comunitarios”, concluyó.
¿Y ahora qué?
El próximo lunes (30 de junio), según le informaron a Olga, se espera la visita de funcionarios de Carder, Planeación y Parques de Arborización para realizar una siembra.
Para ella y la comunidad, es una última oportunidad para frenar el daño y buscar reconocimiento.
“Aquí no se trata de política ni burocracia. Se trata de proteger lo que nos queda. Si destruyen este refugio, están acabando con un símbolo, una posibilidad, un legado”, afirma con determinación.
Mientras tanto, el llamado es claro: “Visiten, conozcan, defiendan este espacio. Quien venga entenderá lo que significa. No pido que me crean, pido que vengan y vean. Si después de eso no les parece que vale la pena, entonces ya no hay nada más que decir”.
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