
De las aulas del colegio a ganar dos bronces en mundial de natación: conozca al profesor Alejandro Cerón

Con 35 años, Alejandro Cerón Cardona ha aprendido a nadar en dos aguas: la de la educación y la del alto rendimiento deportivo.
En las mañanas, es profesor de tecnología en la Institución Educativa Hans Drews Arango de Pereira. En las tardes, entrena a nuevos talentos del Club Flamingo Risaralda en la Villa Olímpica. Y cuando se pone las aletas, literalmente, compite con los mejores del mundo.
Hace pocos días regresó de Grecia con dos medallas de bronce colgadas al cuello, obtenidas en el Mundial Máster de Natación con Aletas en las pruebas de 200 y 400 metros.
Una vida dentro del agua
Su logro no es casualidad: lleva 29 años en el agua, desde que su madre lo llevó a clases de natación a los seis años.
“Desde entonces no he parado. He pasado por la natación clásica, por competencias nacionales, y desde hace unos años también me mido en natación con aletas”, cuenta con orgullo.
La competencia a nivel del Master la conforman atletas que han decidido no retirarse, a pesar de haber pasado los picos de rendimiento que normalmente son a los 24 años.
“Un mundial master quiere decir que participamos a partir de 30 años. Somos personas que no toda la vida hemos nadado y hemos decidido como quien dice no retirarnos, no dar el brazo a torcer en eso y mantenernos vigentes a pesar de la edad”.
En el mundial, se enfrentó a nadadores de Japón, Ucrania, Francia y España, entre otros países. En una categoría dominada especialmente por europeos y asiáticos.
“Fue muy duro, no solo por el nivel, sino porque allá no había piscina de afloje, entonces terminabas la prueba exhausto y tocaba aguantar. Pero valió la pena”, dice.
El esfuerzo de nadar con aletas es más doloroso, porque desde que se inicia se va mucho más rápido que en los otros estilos de la natación, y por lo tanto el dolor es instantáneo.
“El dolor es inmediato. Desde que uno se lanza al agua ya siente que debe aguantarlo todo el tiempo”, dice.
A pesar del dolor, Cerón logró mejorar sus marcas personales, disminuyendo el tiempo del dolor. En las dos salidas logró 1:47 minutos en los 200 metros y 3:54 en los 400.
“En la natación clásica el dolor aparece progresivamente, aquí es inmediato. Hay que aprender a soportarlo”, explica Alejandro.
Profesor dentro y fuera del agua
Aunque su pico de rendimiento fue en los Juegos Nacionales de 2015, su pasión lo llevó a no retirarse. Y no solo sigue nadando, también forma a la nueva generación de talentos.
“En los Juegos Nacionales Juveniles de 2023, siete de los nadadores del Club Flamingo que clasificaron eran de mi grupo. Ahora entrenan con la Selección Risaralda”, señala con orgullo.
Desde su experiencia como entrenador y educador, Cerón destaca que el departamento tiene una buena base para seguir brillando.
“Risaralda ha apostado por la formación desde temprana edad. Eso ha permitido que hoy tengamos deportistas como los hermanos Uribe que nos representan en alto rendimiento”.
Pero también advierte sobre los retos para que los deportistas con condiciones continúen en el proceso deportivo.
“El problema es retener a los talentos cuando salen del colegio. Muchos se van a estudiar a otras ciudades o países, y no siempre hay una articulación entre universidad y deporte. Colombia aún debe mejorar en eso”.
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