Educación

"Carreras cortas y virtuales ganan terreno entre los jóvenes": Exponen principales razones

2025-05-10
Foto I Cortesía Unimedios-Unal I LAPATRIA  “La disminución de aspirantes a la educación superior se daría, entre otras cosas, porque los jóvenes buscan programas más rápidos y que sean virtuales”, lo indica en un análisis la Universidad Nacional.
Foto I Cortesía Unimedios-Unal I LAPATRIA “La disminución de aspirantes a la educación superior se daría, entre otras cosas, porque los jóvenes buscan programas más rápidos y que sean virtuales”, lo indica en un análisis la Universidad Nacional.
Óscar Veiman Mejía

Lo primero que plantea un análisis de la Universidad Nacional de Colombia es que el menor número de aspirantes a la educación superior parece ser una tendencia nacional que revela cambios profundos en las prioridades de los jóvenes.

En un informe, publicado por su Agencia de Noticias, incluye como posibles detonantes de esta situación la proliferación de programas virtuales, carreras cortas, menos costosas y con oportunidades laborales rápidas. Así como lo que denomina una total desorientación vocacional.

La U. cita: “Expertos advierten sobre la necesidad de estudiar a fondo este nuevo desafío que enfrenta la educación superior y así proponer alternativas que contribuyan a enriquecer los modelos educativos para que fomenten el aprendizaje de una manera cada vez más relevante y que se aproximen a las expectativas de los jóvenes”.

 

Examinar el descenso de aspirantes a universidades: Unal

La Universidad Nacional de Colombia (Unal) anuncia que abre la convocatoria a un proyecto de investigación con el propósito de examinar el descenso de aspirantes en esta y otras universidades privadas y públicas.

“En ella se promueve el estudio de aspectos que intervienen en este descenso, cuentos como la transformación de las expectativas de los jóvenes; la aparentemente extendida concepción del conocimiento como algo fungible, esto es, el que luego de ser “consumido” no perdura; la banalización del conocimiento científico; la expansión de la llamada educación virtual; y las dinámicas socioeducativas en la historia reciente, entre otras”.

La Universidad se apoya en datos. Por ejemplo, refieresobre la expansión de la educación virtual que el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) muestra que, en solo cuatro años, las matrículas en esta modalidad se duplicaron: pasaron de cerca de 150.000 estudiantes en el 2015 a 446.063 en el 2022. Esto representa un salto del 8,2 al 18 % del total de matriculados, impulsado en buena parte por los efectos de la pandemia.

Así mismo, que aunque muchas actividades volvieron a la presencialidad después del confinamiento, la educación virtual siguió creciendo. En el 2023 se registró un aumento del 4% en la cantidad de estudiantes universitarios que cursan programas en línea. Actualmente, el 49,8 % de estas ofertas corresponden a pregrado y el 50,1 % a posgrado, consolidando una nueva forma de entender la formación superior.

 

Universidd Nacional: Los jóvenes ya no tienen la misma motivación

La Agencia de Noticias reseña lo que comenta la profesora Nubia Janeth Ruiz, vicerrectora de Investigación de la Unal, en el sentido que ella asegura que la idea antes aceptada de que los jóvenes terminen una educación superior básica o secundaria y continúen una formación universitaria o doctoral ha caído en desprestigio en el mundo.

Cita a la profesora: "Cuando el modelo económico actual destruye el empleo para los jóvenes, estos comienzan a ver que las iniciativas propias se abren para otras formas de consumo. Ya no es necesariamente el conocimiento, la ciencia o alguna disciplina, sino otras creatividades que les posibilitan ir a un banco, tener un préstamo rápido, adquirir una moto o iniciar otro negocio para resolver su vida", indica la experta.

Adiciona que la doctora en Demografía de la Universidad de Barcelona explica que la formación universitaria ha perdido valor para la juventud, lo cual, entre otras cosas, habría ocurrido porque la educación se ha encarecido y elitizado.

El análisis continúa con que este no es un fenómeno exclusivo de Colombia. Una investigación de 2022 de la fundación Bill & Melinda Gates (Estados Unidos) encuestó a más de 1.600 estudiantes graduados de secundaria en siete estados de ese país, y encontró que el 38 % de los estudiantes no continúan sus estudios por los altos costos, el 27 % siente que es un proceso demasiado estresante, el 26 % expresó que su prioridad es tener un trabajo rápido y hacer dinero, y el 25 % dijo sentir una incertidumbre muy grande frente al futuro.

La experta, prosigue el comunicado de prensa, añade que la banalización del conocimiento ante atajos como cursos en línea, exceso de información no cualificada y aprendizajes efímeros en todos los formatos y niveles se llevan por delante los esfuerzos que hace la academia para producir conocimiento riguroso.

“Hay que cambiar las lógicas que dicen que los jóvenes ya no quieren ingresar a la UNAL, pues aún hay muchos aspirantes y las cifras no son despreciables, no es cierto que haya una crisis en la Universidad por esta cuestión”, asegura.

 

Es un fenómeno que impacta a todas las U. del país

Pero además es un fenómeno que influye en todas las universidades del país, tanto públicas como privadas. El profesor Juan Carlos Amador, de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, incluido en el artículo de prensa, resalta que después de la pandemia el sistema universitario se ha visto afectado por la disminución de la tasa de matrícula tanto en los programas de pregrado como de posgrado.

 

Antes se hablaba de una disminución inicial de entre el 5 y el 8 %, pero hoy hay estudios que indican que puede ser de más del 10 %”, asegura el profesor Amador.

La Nacional proporciona más información. Dice, por ejemplo, que según el SNIES, con cifras del 2022 se registró el segundo número más bajo de matrículas en universidades privadas desde el 2015. En el informe se muestran ejemplos como el de la Universidad Minuto de Dios, que pasó de 125.178 matriculados en 2018 a 94.711 en 2022; la Universidad Libre, que pasó de 34.292 a 26.544, y la Universidad de Medellín que bajó de 14.568 a 8.690.

El profesor Amador, registra el boletín, añade que hay tres factores principales para analizar en este fenómeno: el modelo de desarrollo económico que sigue generando extrema precariedad para las familias vulnerables; la frustración de los jóvenes al graduarse, obtener un título y no modificar sus condiciones de vida; y la proliferación de programas virtuales, híbridos y mixtos, que pueden afectar las matrículas de programas presenciales.

“Estudios de la Corporación Universitaria Iberoamericana señalan que aproximadamente 2 de cada 10 estudiantes de educación superior en Colombia se forman bajo modalidades virtuales”, agrega el análisis.

Así mismo, que es importante resaltar que, de acuerdo con un reciente informe del Laboratorio de Economía de la Educación de la Pontificia Universidad Javeriana, los programas de pregrado en modalidad virtual tienen una tasa de deserción dos veces más alta que las carreras presenciales”.

Otro experto citado en el presente artículo es el profesor Víctor Manuel Gómez, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Unal, quien advierte que "hoy existen programas centrados en áreas como análisis de datos o inteligencia artificial, altamente demandados por su corta duración y la alta empleabilidad en esos sectores. Esto también se refleja en la disminución de matrículas en universidades y en instituciones como el Sena".

Agrega que otro factor es la edad temprana con la que se gradúan los bachilleres en Colombia –15 o 16 años–, a diferencia de países como Argentina, donde salen más tarde y con mayor claridad sobre su vocación profesional.

"En ese contexto, los programas breves y orientados a la tecnología resultan más atractivos para una juventud que aún está definiendo su rumbo. Por ello se necesita con urgencia un grado doce", puntualiza.

Para lo anterior registra estos datos: Según el Sistema de Información Nacional de Educación Básica y Media (SINEB), en 2020 alrededor de 350.000 estudiantes repitieron año en Colombia. Para 2023 la cifra se duplicó hasta alcanzar los 725.563. Además, el país registra la peor tasa de reprobación en primaria (5,8 %) y la tercera más alta en secundaria (8,1 %) entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Conceptúa que a esta problemática se suma la falta de empleo para los más jóvenes. El informe del DANE sobre la situación laboral de los jóvenes en el país, en el primer trimestre de 2024, muestra que la tasa de desempleo juvenil subió al 17,7 %, comparado con el 17,1 % de 2023.

También se consulta al profesor Mario Alberto Pérez, director Nacional de Admisiones de la Unal. Él explica que la disminución de aspirantes no es un problema exclusivo de la Unal, sino una tendencia regional y global, acelerada desde 2019.

La baja en el número de aspirantes evidencia dificultades profundas en los jóvenes, pues la pandemia transformó la manera de concebir los procesos educativos, y le dio paso al interés por la virtualidad”.

Asimismo, resalta que la situación de vulnerabilidad en algunas regiones del país también influye en los jóvenes y en los factores culturales, sociales y económicos para que no aspiren a entrar a una institución de educación superior: “cuando hay violencia o problemas de movilidad, los jóvenes tienden a priorizar otras dinámicas de vida y postergan la educación superior”.

La Universidad Nacional de Colombia concluye este informe con que ante un tema sustancial con múltiples factores y aristas, la institución promueve reflexiones con perspectiva histórica y documentadas en investigaciones. “... para que vayan al fondo de lo que está ocurriendo, con lo cual se busca comprender y superar el opaco panorama frente a la problemática desde una mirada con información concreta y acciones reales”.

 

 

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