La Banda de Marcha Sinfónica de Dosquebradas recibió donación de instrumentos

La banda sinfónica de marcha que representa a Dosquebradas tuvo una grata sorpresa gracias a la publicación que hizo LA PATRIA donde anunciaron que necesitaban ayuda para seguir formando niños y jóvenes, cuando un grupo de personas se comunicó con ellos para donarles instrumentos. 

El espacio que se ha ganado la banda en el municipio industrial, ensayando varias veces por semana en el parque Sacúdete del barrio Santa Isabel, demuestra que la música y el arte permiten ocupar el tiempo libre de los menores y brindarles un sentido. 

Aprovechando ese potencial musical y artístico, Carlos Augusto Rendón Pulido con una sonrisa dibujada en su voz, cuenta que unas personas del exterior se comunicaron con ellos para hacerles donación de instrumentos.  

En total les dejaron varios bombos y redoblantes, que lograron estrenar el pasado domingo 22 de junio en Calarcá, en el desfile por el municipio cafetero y en la tarima. 

Un acto de solidaridad 

Jorge Andrés Ricardo Pérez, vocero del grupo de donantes, relata que al llegar a Risaralda comenzaron a buscar proyectos culturales para apoyar y se encontraron con la Banda de marcha de Dosquebradas.

“Hicimos la donación de cuatro bombos, cuatro redoblantes y una crispetera para las actividades de autogestión. Pero no queríamos que fuera una ayuda puntual, sino comenzar una relación a largo plazo. Nuestro objetivo es acompañar, ofrecer talleres, clínicas musicales y estar ahí para que este grupo siga creciendo”, expresó Pérez.

Los músicos, provenientes de distintos países y radicados desde hace más de un año en Colombia, también tienen previsto organizar talleres intensivos de formación, con ensayos en jornadas extendidas, en formato de campamento, para fortalecer técnica, show y cohesión del grupo. 

Más que música: una herramienta de transformación

“El arte es una excusa para formar en valores”, afirma Johnny Andrés Vélez y Sasa, tallerista y formador de la corporación Banda Sinfónica Dosquebradas, de la cual hace parte la banda de marcha, asegura que la música se ha convertido en una herramienta poderosa para transformar vidas. 

“Desde el comienzo entendimos que no se trataba solo de tocar un instrumento, sino de generar comunidad, fortalecer la autoestima y brindar oportunidades a niños que muchas veces no tienen otra opción”.

Además de su participación habitual en los principales eventos culturales del municipio, la corporación ha representado a Dosquebradas en encuentros departamentales y concursos nacionales, entre ellos en Apía (Risaralda), San Pedro (Valle del Cauca), Paipa (Boyacá), Anapoima (Cundinamarca), Alcalá y Calarcá (Quindío), demostrando que el talento local puede competir a nivel nacional con excelencia.

“La música es universal y tiene muchas vertientes. Queríamos abrir un espacio para aquellos chicos que, aunque no se sienten identificados con la música sinfónica, sí lo hacen con la energía y el ritmo de las bandas de marcha”, explicó Vélez.

Este componente ha crecido notablemente desde su conformación formal en diciembre de 2024. Según cuenta Dylan Rendón, director de la banda marcial y trombonista formado dentro del mismo proceso. 

“En muy poco tiempo hemos logrado reconocimientos por mejor grupo de vientos, mejor coreografía y mejor proceso formativo”. 

Además, destaca que detrás de cada premio hay horas de ensayo, disciplina y mucha creatividad para gestionar recursos: ventas de crispetas, cine comunitario, rifas y el apoyo decidido de las familias.

Una comunidad movilizada por la cultura

Para Vélez, Rendón y todos los docentes que integran la corporación, el proceso ha sido una demostración del poder de la comunidad organizada. 

“Aquí no hay un gran presupuesto ni una gran infraestructura, pero sí una gran voluntad. Cada cosa que tenemos ha sido construida con el esfuerzo de los chicos, sus familias, los maestros y los aliados que se han sumado”.

En palabras del maestro Richard Alejandro Cardona Tapasco, director general, y Sergio Alejandro Cruz, tesorero, la reciente donación marca un nuevo capítulo en la historia del grupo. 

“Ahora podremos incorporar a más niños que estaban en lista de espera por falta de instrumentos. Este gesto solidario no solo es un alivio logístico, sino un reconocimiento a lo que hemos venido construyendo”.

Música que siembra futuro

A largo plazo, la corporación sueña con seguir representando a Dosquebradas en concursos nacionales y, eventualmente, en encuentros internacionales. 

También quieren lograr una sede propia, más instrumentos y un sistema de becas para que ningún niño se quede por fuera del proceso por razones económicas.

Mientras tanto, siguen tocando, ensayando, gestionando y soñando. Porque para estos músicos, educadores y gestores culturales, la música no es solo una melodía: es un camino hacia la transformación social. Y Dosquebradas, gracias a ellos, suena cada vez más fuerte.

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