Entretenimiento

Urdiales y Aguado esculpen el toreo en la 13.ª corrida de abono de la Feria de Sevilla (España)

2025-05-08
Verónica de Pablo Aguado al tercero de la tarde ayer en Sevilla.
Foto | William Cortés | LA PATRIA Verónica de Pablo Aguado al tercero de la tarde de este jueves en Sevilla.
Víctor Diusabá Rojas

La liebre de la Feria de Sevilla saltó en la tarde de este jueves, con dos faenas de antología y el, hasta ahora, mejor encierro de los vistos en este ciclo en La Maestranza 

Así, Diego Urdiales, Pablo Aguado y los toros de Juan Pedro Domecq se quedaron con los máximos reconocimientos de un festejo digno de recordar.

El toque de alerta inicial lo dio Diego Urdiales cuando logró parar, a punta de verónicas largas y templadas, al suelto y esquivo primero. Mientras en la muleta le mostró el camino de las  embestidas, tirando con suavidad de él. Faena hecha de paciencia y oficio a un 'Juanpedro' que se movió mejor por el pitón  derecho que por el izquierdo. Saludo.

Con señales de flojedad en sus extremidades le llegó el cuarto de la tarde a Diego. El inválido pareció llevarse las ilusiones. Ahí fue cuando el torero de Arnedo, con tan poco por delante, dejó huellas de arte que perdurarán por mucho tiempo. No hubo toro. Sí, un torerazo. Oreja cara.

Sebastián Castella arrebató la multitud con un ceñido quite a su primero. Pablo Aguado replicó en el mismo lugar y también por chicuelinas. El francés hizo de su muleta un imán que atrajo la fijeza y la  entrega del animal. El manojo de series sobre ambas manos, más las bernadinas y una espada entera le dejaron a Castella una oreja como premio. 

Cuidaron mucho del quinto, tan de poca fuerza como sus hermanos. Enseguida, Castella lo citó en los medios y el encastado fue a pelear allí, en terrenos de la verdad. El de Domecq pasó la prueba, aunque quizás con más pausa en la lidia se hubiese visto mejor. Estocadón. Petición sin efecto en el palco. 

Dos verónicas y una media verónica dignas de escultor sirvieron de preludio a Pablo Aguado en su arranque. Delicadeza y naturalidad hicieron el capítulo siguiente en prolongada sesión de categoría con la muleta. Y el toro, ahí, como parte fundamental de una obra digna de Sevilla. Pero la espada dio en hueso. Vuelta al ruedo de Aguado y palmas al toro.

El sexto fue una incógnita, hasta llegar a la muleta donde se definió como escaso de fuerza y actitud defensiva. Palmas al torero sevillano.

Así toreó con la muleta Diego Urdiales al ejemplar al que le cortó una oreja.

Ficha de la corrida

Toros de Juan Pedro Domecq

Pesos: 520, 535, 548, 515, 523 y 539 kgrs

El primero, sin terminar de romper. El segundo, noble, palmas. Bravo y con calidad el tercero, palmas. Inválido, con clase fue el cuarto. Pronto y fijo el quinto, palmas. A la defensiva anduvo el sexto.

Diego Urdiales

Tabaco y oro

Saludo y oreja

Sebastián Castella

Rosa pálido y oro

Oreja y vuelta al ruedo en medio de división de opiniones.

Pablo Aguado

Fucsia y oro

Vuelta y palmas.


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