Nacional

¿Quién es Laura Sarabia? El alfil caído de Petro

2025-07-03
Laura Sarabia pasó de ser la mano derecha de Petro a ser desautorizada por el mandatario.
Foto | EFE | LA PATRIA Laura Sarabia pasó de ser la mano derecha de Petro a ser desautorizada por el mandatario.
Agencia EFE

En tres años del gobierno de Gustavo Petro pocos rostros han sido tan visibles como el de Laura Sarabia. Fue clave en su campaña, su mano derecha, jefa de gabinete y de la diplomacia colombiana, pero en su paso por las entrañas del poder navegó un rosario de desautorizaciones, enredos judiciales y enemistades.

El choque de trenes por la licitación de pasaportes fue la gota que colmó el vaso y llevó a la ministra de Exteriores más joven de la historia de Colombia a hacer lo que tantas veces exigió en sus discursos públicos: menos palabras, más acciones.

Y tras cinco meses al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Sarabia selló ayer su salida del gobierno.

La "hormiguita" de Petro

Con su renuncia, el gobierno pierde a su mujer más influyente. Sarabia fue, en palabras del propio presidente, su "hormiguita organizadora" durante la campaña que lo llevó al poder en 2022.

Nacida en 1994 en una familia militar de Bogotá y politóloga de la Universidad Militar Nueva Granada, Sarabia irrumpió en la política como asesora del Partido de la U y, entre 2018 y 2020, trabajó en la Unidad de Trabajo Legislativo del entonces senador, y hoy ministro del Interior, Armando Benedetti.

Fue precisamente a través de Benedetti, con quien hoy no puede verse, que Sarabia se sumó a la campaña presidencial.

Cuando asumió como primer presidente de izquierda de Colombia, Petro nombró a Sarabia jefa de gabinete y, así, con solo 28 años, pasó a manejar la agenda y los horarios del mandatario, y a consolidarse como de las personas de mayor confianza en su círculo cercano.

De perfil bajo a un escándalo sonado

Sarabia siempre buscó un perfil bajo y, a los ojos de algunos, era vista como el engranaje invisible que lograba mantener alineado al Gobierno en sus momentos críticos. Para otros, en cambio, encarnaba el poder sin contrapesos de un liderazgo basado en lealtades personales.

La joven salió como jefa de gabinete tras uno de sus mayores escándalos, que involucró a su exniñera Marelbys Meza. Este caso comenzó con un robo extraño de dinero en el apartamento de Sarabia y terminó haciendo estallar la guerra entre la ahora exministra y su exjefe Benedetti, hoy de los hombres más cercanos a Petro.

La hasta hoy jefe de la diplomacia colombiana señaló a su exempleada como sospechosa del robo y Meza denunció que su teléfono fue interceptado por la Presidencia y fue sometida al polígrafo de la Casa de Nariño.

Pronto surgieron versiones que señalaban a Benedetti como responsable de filtrar el caso a los medios y luego salieron unos audios suyos enviados a Sarabia, en los que la amenazaba con revelar secretos de la campaña presidencial y hablaba de presuntas irregularidades en la captación de recursos.

La relación entre ambos se ha tensado a tal punto que en abril Sarabia declaró contra Benedetti en la Fiscalía por supuesta violencia de género y enriquecimiento ilícito.

Deterioro y desautorizaciones

El ascenso de Sarabia al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, una cartera que históricamente había estado alejada de las intrigas políticas, se dio en un momento delicado para la diplomacia colombiana. Era la tercera persona al frente de este ministerio en apenas dos años y medio de gobierno.

Sus dos antecesores, Álvaro Leyva y Luis Gilberto Murillo, habían salido envueltos en la misma controversia que ahora le costó el cargo: el contrato para la expedición de los pasaportes.
Hace una semana, Sarabia dijo que la estatal Imprenta Nacional no estaba lista para producir los pasaportes y propuso extender la medida que mantiene vigente el contrato con la firma Thomas Greg & Sons.

Pero horas después, Petro la desautorizó en un consejo de ministros, donde dijo que no habría más prórrogas. Esta semana, el presidente dejó a Sarabia al margen de este asunto cuando se lo encargó a su nuevo jefe de despacho, Alfredo Saade, quien llegó a reforzar el núcleo duro del petrismo.

El caso de los pasaportes no ha sido aislado. Una de las primeras muestras de desautorización pública de Petro a su antigua mano derecha ocurrió tras la victoria de Daniel Noboa en las elecciones presidenciales de Ecuador. Mientras Sarabia felicitaba al mandatario electo a través de redes sociales, Petro puso en duda los resultados.

Aunque finalmente asistió a la posesión de Noboa, el presidente habló en ese momento de un posible fraude.

Otro episodio similar tuvo lugar en mayo pasado cuando Colombia se preparaba para firmar un acuerdo de intenciones para unirse a la Ruta de la Seda. Petro ordenó modificar el documento que había preparado el despacho de Sarabia, lo que sembró dudas sobre su gestión.
Durante su viaje oficial a China, ambos estuvieron distanciados y la entonces ministra no asistió a la alocución del presidente desde ese país.


Entramados judiciales y enemigos

Además del caso con su exniñera y el conflicto con Benedetti, Sarabia ha estado salpicada por otros escándalos, como uno de presunta corrupción en el sector salud.

Con esos ruidos a su alrededor, su estilo frontal y un ascenso meteórico, Sarabia generó recelos y tensiones dentro del propio Gobierno, al punto de que en febrero pasado, en un consejo de ministros televisado, la vicepresidenta Francia Márquez la confrontó y contó que había tenido que decirle: "Respéteme, que soy la vicepresidenta".

El futuro profesional de Sarabia es, por ahora, incierto. Pero como escribió en su carta de renuncia, la parte "más importante" de su vida pública la ha vivido al lado de Petro, que no ha dicho aún quien será su cuarto ministro de Exteriores.

 

Claves del contrato de pasaportes en Colombia

Contrato anulado

El 31 de julio de 2023, la Cancillería decidió "suspender el proceso de licitación pública" para la emisión de pasaportes y etiquetas de visado colombianas porque otras empresas interesadas alegaron que no hubo libre competencia ya que en los últimos 17 años la misma firma, Thomas Greg & Sons, se ha encargado de producir dichos documentos, y declaró desierta la convocatoria ganada por esa compañía.

Tras esa decisión, la Procuraduría General, abrió una investigación el 12 de septiembre de ese año contra Álvaro Leyva, y contra el secretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar, por irregularidades en la anulación de la licitación.

Veinte días después, Leyva afirmó que "se recurrió a la figura de urgencia manifiesta" para prolongar el contrato en cuestión, mientras se hace "la convocatoria de manera inmediata a una nueva licitación plenamente garantista" para evitar retrasos en la expedición de pasaportes.
 

Contraataque del fabricante

En vista de que tenía un contrato vigente con el Gobierno, Thomas Greg & Sons presentó en diciembre de 2023 una demanda contra la resolución que declaró desierta la licitación de los pasaportes y exige al Estado colombiano 107.507 millones de pesos (unos 27 millones de dólares de hoy).

El 29 de enero de 2025, la empresa informó que desistió de la demanda en vista de que los llamaron para seguir fabricando los pasaportes mientras se toma una decisión definitiva. El anuncio se hizo el mismo día en que Sarabia asumió como ministra.
 

El papel de Leyva

Como primer canciller de Petro, Álvaro Leyva impulsó la suspensión de la licitación de los pasaportes motivado, según versiones de la prensa, por el supuesto interés de Jorge Leyva, uno de sus hijos, en ese negocio.

El 24 de enero de 2024, la Procuraduría suspendió provisionalmente por tres meses a Leyva del cargo de ministro y, en noviembre del mismo año, lo destituyó e inhabilitó por 10 años al considerar que sus decisiones sobre los pasaportes carecían "de fundamento legal".

Acuerdo con Portugal

Para remplazar a Thomas Greg & Sons, el sucesor de Leyva, Luis Gilberto Murillo, firmó el 2 de octubre de 2024 un acuerdo de diez años con el Gobierno de Portugal para empezar a producir los nuevos pasaportes el próximo 1 de septiembre.

El socio colombiano en ese acuerdo es la Imprenta Nacional, una empresa estatal cuya capacidad técnica para producir pasaportes, documentos que requieren condiciones especiales de seguridad, ha sido puesta en duda por expertos.

La decisión de Sarabia

Sarabia anunció la semana pasada que a partir del 1 de septiembre se implementaría "una nueva etapa transitoria" en la expedición de pasaportes "mientras la Imprenta consolida sus capacidades para asumir esta nueva responsabilidad".

Eso implicaba una renovación por once meses del contrato con Thomas Greg & Sons, pero el miércoles el nuevo jefe de Gabinete de Petro, Alfredo Saade, desautorizó a Sarabia y anunció que el 1 de septiembre entrará en vigencia el nuevo convenio entre la Imprenta Nacional y Casa de la Moneda de Portugal.


Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.

Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y en nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.

Powered by Sindyk Content
Arriba