
Una dura condena contra el expresidente Álvaro Uribe parte en dos la historia judicial de Colombia

El 'juicio del siglo' en Colombia partió en dos ayer la historia judicial del país al imponer en primera instancia una condena a 12 años de prisión y otras sanciones al expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), quien consideró "sesgado" el proceso y la sentencia de la jueza Sandra Heredia.
La jueza, que el pasado lunes leyó partes de un extenso fallo de 1.114 páginas que convirtió a Uribe en el primer expresidente colombiano condenado penalmente, dio ayer el golpe en la mesa con el martillo de la Justicia al anunciar una pena superior a la esperada, que era de entre cuatro y ocho años de cárcel.
Heredia, titular del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, dictó contra Uribe la pena de 12 años de prisión, una multa de 3.400 millones de pesos y además lo inhabilitó por más de ocho años para el ejercicio de funciones públicas por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.
"Dios quiera, Dios me dé fuerzas (...) para que yo resista todas estas dificultades para seguir en lo que quiero, en la lucha por Colombia", manifestó el expresidente en una larga intervención después de conocer la sentencia en su contra.
La jueza lo absolvió de un tercer delito, de soborno simple, y le concedió al expresidente de 73 años el beneficio de cumplir la condena en régimen domiciliario, aunque de inmediato ordenó su detención, un extremo que usualmente se hace en instancias posteriores, cuando la condena queda en firme.
Con ese propósito, la jueza notificó al Centro de Servicios Judiciales de Rionegro, municipio de Antioquia donde reside el expresidente, para que expida "la correspondiente boleta de encarcelación" y proceda al "traslado inmediato" de Uribe a su domicilio, donde ya estaba el hoy condenado para asistir de manera virtual a la lectura de la sentencia.
"Y me niegan el derecho a permanecer en libertad. Una de las razones para negarme el derecho a permanecer en libertad es que es para evitar violencia", reclamó Uribe en su intervención.
El expresidente, en tono indignado, explicó que "en el ejercicio de libertad" recorre el país y participa en foros en los que expresa "con franqueza" lo que su corazón "siente sobre Colombia".
"Doy las razones de oposición a este gobierno, pero jamás, jamás mi partido, los afines, mis compañeros dirigentes de la política, han sido incitadores de la violencia. Eso es, señalarnos de incitadores de la violencia", indicó sobre la restricción de su libertad.
Críticas a una condena "sin pruebas"
Uribe, fundador del partido de derecha Centro Democrático, criticó la actuación de la jueza no solo por la dureza de la sentencia sino porque considera que no hay pruebas para condenarlo en este proceso que lo enfrenta al senador de izquierdas Iván Cepeda, quien desde hace años denuncia los supuestos vínculos del expresidente con los grupos paramilitares.
"Esos desvíos temperamentales, esas intemperancias contra la defensa, contra mi familia, contra mí, muestran que aquí hubo sesgo y eso lo tiene que considerar la Justicia nacional, los órganos competentes y la Justicia internacional", manifestó el exmandatario.
Uribe, un referente de la derecha en América Latina por su lucha de toda la vida contra la antigua guerrilla de las Farc y en años más recientes contra el "castrochavismo", enfatizó que la condena en su contra tiene tinte político y se tomó sin pruebas.
"Este es un fallo que abusa, este es un fallo que excede lo jurídico, un fallo que va contra las normas jurídicas, contra la ética, contra la moral", dijo, y añadió que, en su opinión, se tomó "con determinadores políticos, sesgados".
La sentencia hace parte de un proceso que el mismo Uribe inició en 2012 cuando demandó ante la Corte Suprema de Justicia por supuesta manipulación de testigos a Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Senado en su contra por sus supuestos vínculos con los paramilitares.
Sin embargo, el magistrado del caso no solo desestimó esa denuncia sino que ordenó investigar al expresidente por intentar "comprar" falsos testigos en cárceles, por medio del abogado Diego Cadena, con quien mantenía contacto, para que declararan en contra de Cepeda.
"No hay una sola prueba que sustente este fallo político que me condena", subrayó Uribe, quien contestó el argumento de la acusación, acogido por la jueza, de que fue él quien mandó a Cadena buscar testigos contra Cepeda entre exparamilitares presos.
Contra esta condena cabe el recurso de apelación, que la defensa confirmó ayer que presentará ante el Tribunal Superior de Bogotá el próximo 13 de agosto, acogiéndose a una ampliación en dos días del plazo que determina la ley y que inicialmente terminaba el lunes 11 de agosto.
Al incidir en su denuncia del componente político de su condena, Uribe se definió a sí mismo como "un batallador político" y señaló que su único título es el de "batallador de la democracia".
Filtración de la sentencia
La jueza del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, Sandra Heredia, criticó ayer la filtración de la sentencia contra el expresidente Álvaro Uribe, lo que motivó una dura interrupción del exmandatario en el comienzo de la audiencia de lectura de la condena.
Heredia señaló que solo su equipo de trabajo conocía el contenido de la sentencia, que envió en la mañana a los abogados de Uribe y de su contraparte en este caso, el senador de izquierda Iván Cepeda, con el sigilo que corresponde, pero "creo que algunos no cumplieron de mantenerlo en reserva porque más nos demoramos en enviarlo que algunos medios de comunicación en publicitar la sentencia", dijo.
"También tengo entendido que alguno de los hijos del señor procesado, que no tuvieron la gallardía de venirlo a acompañar acá, cuando vino a hacer presencia, pero sí hacer publicaciones en contra de la suscrita vía los medios de comunicación", agregó la jueza, lo que provocó una airada reacción de Uribe.
"Señora juez, protesto enérgicamente por este tratamiento a mis hijos. Usted me ha tratado a mí de la peor manera, se lo he respetado, pero no le acepto que se meta con mi familia", le espetó Uribe.
Heredia le pidió tranquilidad y agregó: "Yo no me estoy metiendo con su familia y nunca lo haré, siempre lo he respetado, primero que todo como persona, también lo he respetado por los honores que ha tenido de dirigir nuestra patria, pero simplemente estoy dejando constancia de lo que sucedió en las horas de la mañana".
Acto seguido, la jueza le ordenó a Uribe que se callara, "y si usted quiere, con mucho gusto le doy el uso de la palabra para que deje las constancias".
"Yo no estoy faltando a la verdad, simplemente las publicaciones están ahí y le solicitaré a las autoridades competentes que indaguen qué fue lo que pasó, pero lo que sí tengo que dejar constancia es que desde mi equipo de trabajo, que eran las únicas personas que tenían conocimiento aparte de las partes intervinientes especiales, no se filtró esa información", añadió la jueza para zanjar la discusión.
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