
Desafíos para la política colombiana: El impacto del asesinato de Miguel Uribe Turbay

La violencia, que parecía un capítulo chuleado para las esferas políticas de Colombia, vuelve a primer plano tras el asesinado del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay.
En las pasadas elecciones nacionales, del 2022, el discurso de combatir el conflicto armado perdió relieve tras la firma del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (Farc) en el 2016.
El fortalecimiento de las disidencias de las Farc en los últimos dos años y el recrudecimiento del conflicto provocado por las mismas en zonas apartadas del país, retornan a la página que se registró entre los años 80 y 90, y que se creía concluida.
Para esta ocasión, con el asesinato de Uribe Turbay, el ciclo de la guerra vuelve a tocar el ala estatal de Colombia, considerando que, con base en información proporcionada por el Ministerio de Defensa, la investigación para esclarecer los hechos conduce a las disidencias de las Facr bajo la dirección de alias Iván Mordisco. Asimismo, la Fiscalía señaló que Elder José Arteaga, alias El Costeño, señalado de coordinar el atentado, habría trabajado con Mordisco.
Otra teoría señala a la Segunda Marquetalia, presuntamente a través de alias El Zarco Aldinever, quien habría muerto en Venezuela tras una emboscada del Ejército de Liberación Nacional (Eln).
La suma de estas variables, "genera la preocupación de si se va a poder hacer campaña en buenas condiciones", expone para LA PATRIA el politólogo Yann Basset, docente de la Universidad del Rosario, considerando que pone en evidencias fallas en los sistemas de seguridad de los candidatos presidenciales, y aún más cuando la muerte ocurre en Bogotá, de acuerdo con Patricia Muñoz Yi, docente, investigadora y directora de posgrados de la facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, sin perder de vista que hay mayores niveles de violencia en muchos sectores del territorio nacional.
Alcance del discurso político
Lo anterior, plantea Muñoz Yi, ha convertido el diálogo político en una concentración mediada por nuevas tecnologías, pero caracterizadas, sobre todo, por formas agresivas, menos argumentadas y ahondadas por los niveles de polarización entre los sectores.
"Preocupa con relación al tono que asuman las campañas electorales en unas elecciones importantes que definirán la continuidad o no del proyecto de izquierda que llegó hace cuatro años al poder", añade Muñoz Yi.
Y aunque el contexto puede favorecer a la derecha y llevarla a hacer esfuerzos de unidad, por el momento se evidencia una fragmentación y rivalidades que Basset considera que apenas están siendo disimuladas.
En el reciente congreso de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), por ejemplo, hubo concordancia en los mensajes emitidos por los congresistas de la derecha que asistieron al evento.
Efraín Cepeda, senador por el Partido Conservado sostuvo que "hay que Acabar con ese embeleco de la paz total con ceses al fuego que solo ha servido para que sigan narcotraficando". Asimismo, aseguró que la solución es desatar las manos para las fuerzas militares. "Parece sencillo decirlo. La fórmula para devolver la seguridad al país es ganar las elecciones de 2026”, complementó.
Andrés Forero, del Centro Democrático advirtió: “No nos podemos dejar intimidar. A pesar de que no hay garantías, no nos podemos rendir. No podemos permitir que nos embolaten el 2026”.
El punto en común es lograr la victoria en las próximas contiendas. No obstante, el politólogo Yann Basset plantea que la muerte de Miguel Uribe ha acentuado la radicalización discursiva, el clima de tensiones y los discursos agresivos, que eventualmente se pueden convertir en una trampa.
A la dinámica se adhieren la multiplicidad de precandidaturas, tanto por partidos como independientes, que aspiran ser elegidas como candidaturas únicas por sus sectores ideológicos.
Opciones de voto
Para la docente e investigadora Patricia Muñoz Yi, el gran número de candidatos no es muestra de fragmentación, sino de una carrera por el poder. "Denota un alto número de precandidatos interesados en ser los candidatos únicos de estos sectores. ¿Qué va a pasar? creo que se irán decantando estas candidaturas. Vamos a ver si se adoptan estrategias como las que se han venido sugiriendo, de un candidato único de todos los sectores de centro y de derecha que pueda hacerle oposición al candidato del sector de la izquierda", puntualiza.
Pese a la cantidad de precandidatos, no hay hojas de rutas claras de cómo su trabajo podría llevar a dinámicas colectivas, más allá de vencer a la oposición. El Gobierno tendrá una consulta en septiembre y la derecha avanza sobre mecanismos para conseguir una candidatura, por lo menos, del Centro Democrático, que es mucho más complicado.
Entonces, solo restan discursos radicalizados de cada campo que se nutren de falsas noticias y rumores que ubican a los candidatos en una posición defensiva.
Patricia Muñoz Yi manifiesta: "Este clima, por supuesto, empobrece la campaña y la reduce en términos democráticos; de conocer propuestas, de evaluar las competencias de los candidatos, de que los ciudadanos puedan tomar, de una manera tranquila y ojalá con la mayor cantidad de información y rigurosidad posible, su decisión de voto".
El tono del discurso electoral
Muñoz Yi recuerda que la decisión de voto tiene componentes racionales y emocionales, pero "este ambiente enrarecido de comunicación negativa, de ataques, termina por imponer las razones emocionales sobre cualquier elemento racional, cognitivo en la evaluación de las opciones de campaña".
Una muestra son los señalamientos de responsabilidad del Gobierno nacional por el asesinato de Uribe Turbay, lo cuales Muñoz Yi considera un acto de irresponsabilidad política que termina por enrarecer y contaminar el proceso electoral, y, por supuesto, por profundizar la polarización.
Así las cosas, el politólogo Yann Basset declara que "es absolutamente fundamental tratar de consolidar procesos de diálogo para activar la comisión de seguimiento electoral. Existen mecanismos, instituciones y organizaciones que pueden ayudar a facilitar el diálogo. La oposición en algún momento, después del atentado a Miguel Uribe, se retiró de esta comisión. Es una acción simbólica que se entiende, pero sin eso va a ser muy difícil tener una campaña sana", concluye.
Les queda, según Muñoz Yi , a los entes no gubernamentales sumar para que la campaña gane niveles de tranquilidad y para que los ciudadanos puedan acudir a este proceso electoral, por supuesto con emocionalidades, pero con la participación necesaria para manifestar su decisión de voto para que la democracia pueda salir fortalecida de este proceso.
Miguel Uribe Turbay falleció el pasado 11 de agosto después de recibir un impacto de bala el 7 de junio de este año.
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