
Cierre de las salas de parto en una clínica de Manizales genera incertidumbre en otros prestadores: ¿por qué?

El cierre de las dos salas de parto de la Clínica San Cayetano, de Assbasalud, por baja utilización, encendió las alarmas de lo asistencial en Manizales. La entidad referenció que se le hace insostenible el mantenerlas abiertas.
El hecho asustó, en un tiempo en el que se conoció que la unidad que hace este abordaje en la Clínica Ospedale podría cerrar. Así todo apuntaba a que la atención en la ciudad y para el departamento le iba corresponder al SES Hospital Universitario de Caldas.
LA PATRIA conversó con los gerentes de las tres instituciones y con una representante de usuarios, que detallaron su posición respecto.
Insostenible su mantenimiento
Ricardo Castaño, gerente de Assbasalud, que habló del poco uso que les hacían las mujeres a estas salas, precisó que -durante el 2024- solo se atendieron 11 partos. En lo corrido del 2025, solo uno.
“No se puede mantener una oferta de un servicio que es costoso y que la comunidad no utiliza”, explicó Castaño, recalcando que el mantenimiento no tenía una justificación estadística.
“Para garantizar el servicio las 24 horas en las salas de parto, debíamos contratar cuatro médicos. Eso cuesta $28 millones mensuales. Sumando enfermería y auxiliares, llegamos a unos $38 millones cada mes”, agregó.
Castaño también hubo otros gastos que incrementaron las cuentas por pagar: “El año pasado nos tocó comprar un carro de paro que costó $30 millones”.
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La baja natalidad también influyó en la decisión. Las estadísticas reflejan una reducción sostenida en los embarazos, lo que impacta directamente en la necesidad del servicio.
El directivo dijo que las antiguas salas de parto se transformarán en un área de hospitalización, con capacidad para ocho o 10 camas: “Queremos humanizar más el servicio. No más pacientes en camillas por los pasillos. Tendremos hospitalización digna, acompañamiento familiar y atención adecuada”, concluyó Castaño.
El proyecto busca descongestionar urgencias, que actualmente utiliza camillas en zonas comunes para la observación de pacientes. La nueva área hospitalaria permitirá ofrecer atención con mayor comodidad y privacidad.
Se supo que el cierre fue aprobado por la Junta Directiva de Assbasalud, con el respaldo del alcalde Jorge Eduardo Rojas Giraldo y la Secretaría de Salud Pública de Manizales.
Así ven el cierre desde otras entidades
Germán Bastidas, gerente de Ospedale, negó que esta atención fuera a desaparecer en su institución por el momento: “La clínica no ha tomado la decisión de cierre”.
Bastidas dijo que allí tienen 11 camas, una sala de partos y cuatro quirófanos; además de cuatro incubadoras en cuidado intensivo neonatal, seis cunas de cuidado intermedio y cinco cunas de abordaje básico para bebés.
Juan Felipe Valencia Ríos, gerente del SES, entidad que concentra gran parte de la atención obstétrica del departamento, advirtió que la decisión aumenta la presión sobre una capacidad instalada ya limitada.
“Es una noticia que recibimos con preocupación, porque se está materializando no solamente en Caldas, sino en todo el país, una disminución de la capacidad instalada para atención obstétrica y neonatal; además de la disminución de los servicios pediátricos”, explicó.
Él cree que hay que ser más conscientes de la importancia de estos servicios: “Cualquier sociedad debe entender que la atención de los más vulnerables (embarazadas, niños y recién nacidos) debe ser una prioridad para todos”.
Según Valencia, el SES ha fortalecido su recurso humano e incluso ha gestionado apoyo nacional para fortalecer la atención en estas unidades: “Hemos presentado proyectos al Ministerio de Salud y a otros entes para expandir nuestras unidades de cuidado crítico obstétrico y neonatal, pero no han podido materializarse y la expansión con recursos propios no ha sido factible, porque no hemos contado con recursos suficientes, debido a la disminución en el flujo de pagos en el sistema”, indicó.
Valencia explicó un impedimento adicional: “Las líneas de inversión no nos han aplicado por nuestra figura público - privada. Eso nos limita. También es paradójico que, aunque han disminuido los partos, han aumentado las atenciones obstétricas críticas: cada vez nacen menos caldenses, pero con mayores complicaciones durante su proceso de gestación”.
En cuanto a cifras, Valencia Ríos afirmó: “El año pasado tuvimos un promedio de 201 partos mensuales y este año vamos en 177 cada mes. En cambio, las urgencias de embarazadas superan las 800 consultas mensuales. Contamos con 30 camas para trabajo de parto, 16 camas para neonatos, dos salas de parto y un quirófano exclusivo para la atención obstétrica”.
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Valencia hizo un llamado colectivo: “Debemos mantener todos los esfuerzos desde todos los niveles (Gobierno nacional, Asamblea Departamental, Concejo Municipal, Dirección Territorial de Salud de Caldas) para preservar y fortalecer la atención obstétrica y neonatal. Cuidar a nuestros recién nacidos y sus madres es clave para el desarrollo de la región”.
Dividida por la clausura
Olga Piedad Cárdenas Patiño, presidenta de la Veeduría en Salud de Caldas (Veesacaldas), expresó una posición dual frente al cierre de las salas de parto de la Clínica San Cayetano: aunque valora la readecuación de estos espacios, reconoce que la situación evidencia una realidad preocupante sobre la natalidad en el departamento.
Cárdenas destacó que la nueva destinación de dichas salas, optimizará el uso del espacio, garantizando la atención a más usuarios: “Es un parte de tranquilidad. Sin embargo, da tristeza. Caldas es uno de los departamentos que tiene la población más longeva del país, lo cual indica que hay más personas envejeciendo que naciendo”.
Añadió que la baja natalidad genera una alerta demográfica importante, pues incluso -muchas gestantes- están optando por tener sus hijos en otros departamentos o países, disminuyendo aún más el número de nacimientos locales.
Cárdenas hizo un llamado a los usuarios para exigir a las EPS que contraten con las instituciones públicas y paguen a tiempo, lo cual permitiría aprovechar adecuadamente los espacios y servicios existentes en beneficio de la comunidad.
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