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Conozca si está en riesgo de desarrollar venas várices: esto dice un experto en cirugía vascular y angiología

2025-04-20
Salud
Comparativo de extremidades inferiores sin alteración (izquierda), cuyas válvulas funcionan en lo regular; y con alteración (derecha), en la que ya se evidencia várices.
Elizabeth R. Rojas

Carlina Toro Ceballos, una adulta de 89 años, llevaba 45 de ellos padeciendo por las várices que desarrolló en sus miembros inferiores. Su cuadro médico llegó a un punto tan grave, que tuvo úlceras que la pusieron en peligro.

De su caso habló Ana, su hija, relatando los problemas que vivió su progenitora durante este tiempo. Referenció que hace 16 años su mamá pasó dos meses y medio hospitalizada en lo que hoy se conoce como SES Hospital Universitario de Caldas.

"Pasó hasta por injertos", precisó la hija de la mujer que hoy reside en el barrio El Guamal, de Manizales. Contó que hace cinco años, la adulta mayor es tratada por el manizaleño Lukas Marcelo Ríos Giraldo, médico especialista en cirugía general y subespecialista en cirugía vascular y angiología.

El egresado de la Universidad Militar Nueva Granada integra el grupo de profesionales de la Unidad Vascular del SES y, desde allí, aborda -a diario- esta condición que es más común en mujeres. Gracias al conocimiento y tecnología de vanguardia presente en el medio, logra la cura de los pacientes.

"Las várices afectan las venas, generalmente es una condición hereditaria. Consiste en un proceso inflamatorio que daña el colágeno del cual están compuestas las venas y las válvulas que están dentro de ellas. Usualmente dan en las piernas, incluso pueden afectar hasta la región inguinal (asociado, con más frecuencia, a las mujeres por los embarazos), dijo el experto.

 

Para profundizar

Ríos puntualizó:

 

- ¿Qué pasa con las venas?

Las venas tienen, en su interior, unas válvulas que ayudan a que la sangre suba hacia el corazón. Cuando estas válvulas se dañan, ya no funcionan bien, se quedan quietas y la sangre comienza a acumularse en la parte baja del cuerpo (en las piernas).

 

- No sube como debería…

Exactamente. Eso hace que las venas tengan que hacer más esfuerzo para que la sangre suba. Como están dañadas, empiezan a aparecer los síntomas de la enfermedad venosa, que son muy molestos.

 

- ¿Y cuáles son esos síntomas?

Los síntomas más comunes son cansancio y pesadez en las piernas, especialmente, en las tardes, después de las 3:00 p.m. o 4:00 p.m.. También puede haber inflamación, piquiña (picazón), aparición de manchitas rojas o de color café en la piel y, en casos más avanzados, trombosis, que son coágulos en las venas. En los casos graves aparece la úlcera venosa, que muchas personas conocen como lora. (caso de Carlina).

 

- ¿Hay algún tipo de clasificación para las várices?

Las clasificamos del grado 0 al 6:

0: hay síntomas como cansancio o pesadez, pero no se ve nada en las piernas.

1: aparecen las telangiectasias, que son esas pequeñas venitas o conocidas "arañitas" de menos de 3 milímetros.

2: las venas varicosas son más grandes, de 3 milímetros o más y ya son visibles las venas abultadas.

3: aparece el edema, que es la inflamación más visible.

4: hay cambios en la piel, como manchas o punticos rojos o de color café, picazón y resequedad marcada.

 

Conozca si está en riesgo de desarrollar venas várices: esto dice un experto en cirugía vascular y angiología

Foto | Cortesía | LA PATRIA

Paciente con enfermedad venosa en clasificación 4.

 

5: Es la cicatriz en la piel de una úlcera que se cerró, pero la piel queda oscura o blanca pálida.

6: la úlcera está activa, es decir, abierta y puede asociarse a infección o sangrado, a lo que llamamos varicohemorragia.

 

- ¿Y qué pasa luego de tratar una úlcera activa o de grado 6?

Luego del tratamiento médico y el intervencionista, se logra cerrar la úlcera y pasa en la clasificación al grado 5. Pero la piel queda con secuelas como lo son manchas oscuras. Pueden ser café o negras, en ocasiones con piel blanca o pálida. Si bien existen algunos tratamientos con láser o cremas, esas manchas nunca desaparecen completamente.

 

- Del abordaje de la enfermedad venosa…

Siempre es de manera individualizada, teniendo en cuenta las condiciones particulares con relación a qué otras enfermedades tiene el paciente. Sin embargo, existen unas guías de tratamiento, siempre aplicadas por cirujanos vasculares.

Por ejemplo, el abordaje de manejo si es hombre, si es mujer, de la edad, de las enfermedades de base, de la ocupación regular y de la clasificación o estado en el cual esté el paciente. De ahí se mira si se aplica un tratamiento médico, uno intervencionista o uno mixto.

 

- ¿De qué se vale el tratamiento médico?

Dentro del tratamiento médico tenemos el no farmacológico y el farmacológico. La piedra angular o el pilar del tratamiento son las medias de compresión graduadas o elásticas para las piernas (hacen parte del no farmacológico). Estas son lo principal. Tienen una graduación, dependiendo del estado de la enfermedad en que esté la persona que las va a usar. No hay un estándar en ellas. Pueden conseguirse de:

 

- Baja compresión (8 – 12 mmHg)

- Mediana compresión (15-20 mmHg)

- Alta (20 – 30 mmHg)

- Firme (30-40 mmHg)

- Rígidas (más de 40 mmHg)

 

En esto los jabones neutros (como los usados para bebés) también pueden servir; igual la humectación intensa con lociones corporales que no tengan alcohol. Es esencial la modificación de los factores de riesgo.

Si se es sedentario, hay que hacer 30 minutos de actividad física, tres veces a la semana. Sirven los ejercicios aeróbicos como trotar, hacer zumba, los propios aeróbicos, la bicicleta, ir al gimnasio. Caminar como tal no es considerado un ejercicio. Sí suma el tener una dieta balanceada, rica en frutas y verduras. Hay que dejar el cigarrillo, el alcohol, evitar el uso de anticonceptivos hormonales. Estos últimos favorecen la aparición y progresión de las várices.

 

- ¿Y el farmacológico?

Hay, en el país, al menos siete principios activos (sustancias) aprobados por las autoridades en salud que mejoran la tonicidad y disminuyen el proceso inflamatorio que daña las venas. Cada uno se usa en casos específicos, según el paciente. En algunos momentos muy específicos se indican los antiagregantes plaquetarios, siendo el más común el ácido acetilsalicílico (Aspirina), pero este solo bajo indicación y prescripción médica.

 

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- Del manejo intervencionista...

Hay diferentes técnicas y procedimientos, invasivos y mínimamente invasivos. Dentro de los invasivos, el más común es el stripping (técnica abierta). Vale resaltar que este tratamiento intervencionista va a la par de un tratamiento médico. También está, entre lo frecuente, la oclusión endovascular venosa (técnica mínimamente invasiva), en la que se introduce un catéter dentro de la várice, guiado por ecografía, con el fin de lograr un cierre o sellado de la vena dañada (que con el tiempo ocurrirá la absorción de la misma por el cuerpo). Hay otros como el Flebex, que es el manejo con escleroterapia y láser transdérmico (a través de la piel).

 

De los factores de riesgo

“Las mujeres son más afectadas por la enfermedad venosa y eso por el componente hormonal, como lo son los estrógenos y la progesterona, que generan un debilitamiento en las paredes de las venas", dijo Ríos.

Eso hace que cuando se den los factores de riesgo, como lo es la planificación familiar con métodos hormonales (anticonceptivos orales, inyectables, etc), con el uso crónico, aparezca la enfermedad venosa mucho más rápido.

"El sobrepeso o la obesidad también son factores de riesgo. Pasa que la función de las venas es llevar la sangre de abajo hacia arriba (proceso conocido como retorno venoso) y estas dos condiciones hacen que las válvulas les toque hacer más fuerza para vencer la resistencia de la gravedad para subir la sangre", explicó el médico.

Ríos agregó que la alimentación en sí no es factor desencadenante de la enfermedad venosa, pero que sí repercute en el sobrepeso y la obesidad, convirtiéndola en un factor indirecto que vale la pena abordar.

"El sedentarismo también afecta. De los tres tercios de la válvula, dos tercios del movimiento están dados por la contracción muscular. Pasa que las venas están inmersas dentro de los músculos y la contractura de estos, durante el movimiento, hace que suba la sangre. En una persona sedentaria las válvulas hacen más fuerza, que en una persona que hace ejercicio"', explicó.

Ríos dijo que estar mucho tiempo sentado no es bueno. Así no hay contracción muscular, entonces las válvulas hacen todo el trabajo, llegando a fatigar el sistema venoso y aparato valvular de las venas. Cuando se está tres horas o más de pie, así hayan desplazamientos, llega un momento en el que también se fatiga el aparato valvular.

"Las pausas activas son fundamentales. Si se está sentado, hay que levantarse a caminar 5 a 10 minutos. Si se está de pie mucho tiempo, lo clave es sentarse y levantar los miembros inferiores (a unos 15 o 20 grados) para ayudar al retorno venoso".

El cirujano agregó: "El fumar tampoco hace bien. Eso deja muchas sustancias tóxicas, que van a las válvulas y al tejido del que están compuestas las venas, haciendo que se aumente más la inflamación y se deterioren con más rapidez las paredes venosas. Es un gran factor de riesgo para llevar a enfermedad de las arterias".

Ríos puntualizó que hay otros factores, como las enfermedades autoinmunes o las que generan fenómenos de trombosis venosas, que suelen influir. Sin embargo, especificó que no son tan frecuentes.

 

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Foto | Elizabeth R. Rojas | LA PATRIA

Lukas Marcelo Ríos Giraldo.

 


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