
La poliposis nasal puede dejarlo sin aliento: ¿de qué se trata esta condición respiratoria?

La poliposis nasal es una enfermedad crónica, caracterizada por el crecimiento benigno de células en la mucosa que reviste la nariz y los senos paranasales. Esto obstruye las vías respiratorias y causa síntomas como congestión y secreción nasal severa, pérdida del olfato y del gusto; así como presión facial.
Esta enfermedad afecta a los adultos, generalmente, mayores de 20 años. Es poco común en los niños menores de 10.
Manifestaciones como la congestión nasal, la mucosidad (hipersecreción) y el dolor de cabeza, se comparten con otras alergias comunes, por lo que pueden pasarse por alto y tratarse de forma similar.
Muchas personas recurren a la automedicación con antihistamínicos nasales para aliviar estos síntomas. Sin embargo, estos tratamientos pueden no ser efectivos ni adecuados, si la causa subyacente es la poliposis nasal.
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Diagnóstico oportuno
"Conocer nuestro cuerpo y reconocer los cambios que experimentamos es fundamental para una buena salud. Es importante no ignorar síntomas persistentes", comentó Carolina Duarte, gerente médica respiratoria de GSK.
La experta expresó que consultar a un especialista a tiempo lleva a identificar o descartar la poliposis nasal y a garantizar un tratamiento adecuado desde el principio, con menos efectos a futuro.
El diagnóstico requiere una evaluación profunda, por parte de un especialista, que puede incluir una endoscopia nasal para visualizar directamente los pólipos; además de pruebas de imagen, como tomografías computarizadas, para confirmar su presencia y extensión.
Vivir con poliposis nasal va más allá de los síntomas físicos. La condición puede afectar significativamente la calidad de vida, interfiriendo con actividades diarias básicas como respirar, saborear alimentos y descansar adecuadamente.
¡Prepárese!
Existen medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad o la gravedad de sus síntomas:
- Evitar irritantes: afectan el humo del tabaco, los gases de sustancias químicas y el polvo.
- Lavarse manos: esto protege de las infecciones que causan irritación e hinchazón de la nariz y los senos paranasales.
- Uso de humidificador: este puede aportar humedad al aire y prevenir la congestión e irritación nasal.
- Con enjuague nasal: el agua salada limpia el interior de la nariz, elimina irritantes.
* Con información de GSK, compañía farmacéutica.
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