"Al menos estamos vivos, toca echar para adelante", hablan damnificados de incendio en centro de Manizales

Lo perdieron todo, pero no el optimismo. "Al menos estamos vivos", le dijeron en la tarde/noche de este lunes (11 de agosto) a LA PATRIA Diego Fernando Giraldo, propietario de la librería Eneida; y María Esperanza Ossa, habitante de un inquilinato.

Comparten hoy una misma tragedia. El primero perdió su negocio, con el que subsistía hacer 22 años. La segunda, se quedó sin enseres y sin dónde vivir, pues es una de las 10 personas que habitaba en el segundo piso de una residencia, en la que empezó un incendio en la carrera 21 de Manizales, al frente del antiguo Inurbe.

La zona colapsó sobre las 4:00 de la tarde por causa de la conflagración. Todo fue caos, con personas saliendo de esa residencia para salvar sus vidas. El humo producido por las llamas se observaba desde diferentes zonas de la ciudad y rápidamente llegaron los Bomberos y grupos de rescate a tratar de mitigar la emergencia. Los curiosos rodearon la carrera.

Para controlar la conflagración se debieron usar dos vehículos canasta de Invama, con el fin de lanzar agua sobre la parte alta de la edificación.

Diego Fernando contó que en el momento del incendio tenía 70 mil libros. Indicó que estaba en un cita médica cuando ocurrió la conflagración. Se enteró porque su esposa, quién permanecía a cargo del negocio, le informó sobre lo sucedido. No sabe el valor de lo perdido, pues había libros de todos los precios.

"Llegué y solo vi humo y máquinas de Bomberos. Afortunadamente mi esposa y uno de mis hijos salieron a tiempo. Encima funcionaba una residencia. Comentan que fue un corto. Soy manizaleño, padre muy joven, salí del colegio y emprendí con este negocio. No estaba asegurado, ahora toca mirar qué se salva y volvernos a parar. Qué más da. Nada, agradecerle a Dios y a la vida que estamos bien. Solo hay que levantarse", manifestó mientras veía la labor de los bomberos.

A las 5:56 de la tarde colapsó la estructura en su fachada y por poco cae sobre una persona del Invama que estaba sobre uno de los carros canasta llevados al sitio para lanzar agua hacia la parte alta de la edificación.

Lágrimas por Pandora

Mientras eso sucedió, metros arriba del lugar del incendio, en una esquina, William Ramírez Morales, de 62 años, esposo de María Esperanza Ossa, lloraba desconsolado, mientras era atendido por funcionarios del GER y de la Alcaldía.

Recibió apoyo psicosocial, pues lo afectó mucho perder sus enseres en el incendio y no saber de su gatica, atrapada en la conflagración.

"En el inquilinato había ocho piezas en arrendamiento, vivíamos 10 personas en él. Habitaba con mi esposo, William, y con mi gatica Pandora. Mi pareja está muy mal por eso, por no saber nada del animalito que nos ha acompañado hace unos seis años. Todos permanecíamos en la residencia, creo que fue un corto, vi algo chispear en la pieza de un señor que es artesano. Abrimos la puerta y notamos el fuego. Afortunadamente estamos vivos y eso es lo que importa, seguiremos en lo que andábamos, haciendo diligencias para una hija de mi esposo, que es abogada. La vida sigue".

Al tiempo, un funcionario de la Alcaldía le dijo a María Esperanza sobre el esposo: abrácelo, déjelo llorar, que se desahogue. Ese es dolor que hoy solidariza a Manizales.

Balance

Diego Rivera, director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Manizales, explicó sobre las 6:30 de la noche de hoy que el balance era de una edificación consumida, con siete núcleos familiares afectados en la parte superior y dos librerías en la parte baja.

Adelantaban el censo de las personas afectadas, los locales comerciales y la valoración estructural del sitio y casas contiguas. Emas empezaba con la remoción de los escombros que cayeron. Un laboratorio de la Nueva EPS también se afectó.

 Afectados (atendidos por GER y Defensa Civil)

• -José Evelio Pineda Casas, de 62 años, con quemaduras en rostro por irradiación.
• -Harrison Felipe Toro, de 35 años, quemadura en espalda.

José Alonso Dávila Ramírez, de 36 años. Vio el incendio, entró a la vivienda y ayudó a salir a una persona con discapacidad. En esa acción le cayó un gran alero en la cabeza, que le generó herida abierta en cuero cabelludo. Es voluntario activo de la Defensa Civil Villamaría.

En el lugar trabajaron de manera articulada 21 unidades del Cuerpo Oficial de Bomberos y Bomberos Voluntarios, con el apoyo del Grupo Especial de Rescate (GER), Defensa Civil y la Fundación de Paramédicos BYR y la Policía Nacional.

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