
Video: Diego evitó un crimen peor contra una menor en Caldas y MIRA niega relación con el pastor abusador

En un barrio del oriente de Santa Rosa de Cabal (Risaralda) era normal ver a la menor, de 13 años, madrugar a las 4:00 de la mañana a ayudar con el emprendimiento de su familia, para luego alistarse y salir a pie al colegio, en compañía de un vecino que llevaba a sus nietos.
Ver a otras niñas regresar de su jornada escolar les hizo recordar a los habitantes del sector a esa misma niña amable, de sonrisa tímida, decente y casera que hace una semana fue víctima del secuestro, tortura, violación a manos de su padrastro, en la vereda San Andrés, de Chinchiná.
El pastor, sin perdón
Preguntarles por ella también les hace pensar en el hombre que fungía como pastor en el garaje de su casa, donde también funcionaba su fábrica de arepas, las que primero hacía de forma manual y luego con la ayuda de máquinas.
Unos lo veían como una persona seria y amable que no se metía con nadie, otros como un sujeto antipático que no hacía un favor. En lo que concordaron es que parecía ser severo en el trato con su hijastra y a quien no desean volver a ver.
Ese 29 de abril fue un día para no dormir. Cuando todos supieron de la ubicación de la vivienda, llegaron en turba a atacarla a piedra y fue necesario que la Policía arribara para evitar destrozos o una tragedia más. Todavía se ven los rastros de los daños, aunque el letrero que invitaba a los cultos ya no está.
El sitio no solía llenarse de muchos seguidores, recuerdan. Al señalado pastor violador solían sumarse quienes vivían con él y cuatro o cinco personas más, pero el predicador y promotor del bien terminó mostrando la peor cara.
Diego, el salvador
José Diego Osorio lleva casi toda su vida viviendo en la vereda San Andrés. Descansaba en su vivienda cuando escuchó mucho ruido y el incesante ladrido de los perros en la calle. Pensó que se trataba de alguna pelea y salió a ver qué ocurría.
De frente se topó con la niña que pedía auxilio, recordó su color morado a causa de la respiración cortada por una soga alrededor del cuello y una cinta sobre su boca. Vio a dos mujeres que también salieron al sentir el escándalo y como pudieron, cortaron los amarres.
Mientras luchaban por salvar la vida de la niña, el pastor se alejaba poco a poco. Diego reaccionó e intentó perseguirlo, pero un momento después, el sujeto se subió a una camioneta y huyó a toda velocidad.
Casi se lleva por delante a los vecinos, pero lo que sí arrastró fue a dos perros, que parecen no haber sufrido lesiones graves.
Él y su hijo emprendieron la persecución del sujeto, quien a unos 100 metros terminó metido en una cuneta, al evitar chocar contra un yip. Luego huyó hacía las montañas, en La Gorgonia, vereda de Santa Rosa.
Mientras más personas se unieron a la búsqueda, incluso de sectores cercanos, Diego regresó a verificar la salud de la víctima. Pensando en sus tres hijos, en su apego y en que ellos también podrían pasar por algo similar, se acercó a la niña, le dio consuelo y le recordó que estaba viva y tenía un motivo para luchar.
Mauricio, el rastreador
Entre los ciudadanos que se propusieron encontrar al agresor sexual estaba Mauricio Cárdenas. El hombre, también residente de San Andrés, salía de su casa con dirección al trabajo, en el mismo sector, cuando se dio cuenta de lo que ocurría.
Se puso manos a la obra y entre todos se distribuyeron tareas. Mientras más se sumaban al cerco, en compañía de las autoridades, otros avisaban desde sus fincas que habían visto pasar al sospechoso.
Por una quebrada que cruza cerca empezó a ver las huellas del prófugo, eso empezó a darle pistas sobre la ruta de escape, pero metros más adelante se perdió el rastro. En grupos se fueron por distintas partes, no desistieron hasta que cerca de las 6:00 de la tarde, escondido bajo una mata de plátano, lo encontraron.
La gente, en medio de su indignación, lo golpeó hasta que la Policía lo capturó. Luego debieron llevarlo hasta el hospital San Jorge, en Pereira. Tras su recuperación, lo presentaron ante un juez, negó los cargos por secuestro agravado y acceso carnal violento con menor de 14. De resultar culpable, pagaría una pena de prisión de 40 años.
Campaña de desprestigio: MIRA
Manuel Virguez, presidente del MIRA, explicó que el pastor nada tiene que ver con el partido político, ni con el movimiento cristiano y aseguró que todo obedece a una campaña de desprestigio por archivar el proyecto de la reforma laboral.
"Incluso sacaron un video de Guatemala, con el logo del MIRA, que tampoco corresponde. Estamos averiguando y denunciando", sostuvo el excongresista.
Añadió que por el contrario, el movimiento se ha dedicado a promover leyes contra el abuso sexual de menores. Fue coautor de propuestas como el aumento de penas contra los abusadores y de las políticas de atención a víctimas.
Aprovechó para hablar sobre el supuesto agresor sexual del ICBF: "Nos preocupa la falta de vigilancia del Instituto y será objeto de debate de nosotros, para ver cómo verifican a estos 70 mil centros de educación y cómo otorgan esos contratos".
Sin autorización para hablar
En los videos que se difunden por redes sociales, el pastor abusador se ve con la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. LA PATRIA se comunicó con la sede nacional en Medellín, pero desde allí respondieron que no están autorizados a dar declaraciones y debe hacerlo otro encargado, se intentó obtener su respuesta, pero no respondió llamadas ni mensajes de WhatsApp.
También aparece el Ministerio Apostólico del Nombre de Jesús. Se trató de dialogar con ellos a través de dos números telefónicos, pero tampoco respondieron.
Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.
Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y en nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.