Menos regalos, pero con mayor significado para niños, efectos emocionales de dar y recibir
Estos dos conceptos, en el inicio de esta nota, resultan fundamentales:
1.
El primero: "Disfrutar la Navidad con los niños y destapar los regalos es un ritual muy emocionante para ellos.
2.
El segundo: Ojo, "... pero si ese ritual está mal direccionado puede generar efectos emocionales negativos: baja tolerancia a la frustración, saturación emocional, falsas expectativas, entre otros".
La Universidad Internacional de Valencia publica una nota muy atractiva e interesante, y sobre todo para tener en cuenta en esta época. El artículo está titulado: "¿Qué aprenden los niños cuando reciben regalos en Navidad? Claves para fomentar el valor emocional de esta tradición".
En el texto cita a la doctora Rosa Domínguez Martín, profesora e investigadora en el área de la educación emocional y directora del Grado en Pedagogía de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a la red de educación superior Planeta Formación y Universidades.
Ella explica, dice la U. cómo los adultos pueden transformar el acto de regalar en un espacio para educar emocionalmente.
El significado
"Para un niño, un regalo nunca es solo un juguete. En la Navidad, ese objeto se convierte en un mensaje emocional cargado de significado, capaz de activar en el cerebro infantil circuitos asociados a la recompensa, al apego y a la sensación de ser querido". Lo anterior lo dice Domínguez Martín.
Añade: "Más allá del objeto que regalamos, para los niños los regalos son mensajes. El niño interpreta que él es importante para la persona que le ofrece el regalo. De esta forma el objeto regalado se convierte en un vehículo emocional. Puede que en un tiempo no recuerde el juguete que le han regalado, pero sí la emoción y la sensación que sintió cuando lo recibió, o bien que asocie el recuerdo de ese objeto concreto con esa emoción».
Circuitos activos
En el acto de regalar, indica la profesional, el cerebro infantil activa los circuitos de recompensa y, cuando el obsequio proviene de una figura significativa, también estructuras de apego. Por eso es clave que el acto de regalar no se limite sólo al acto de abrir cajas sin comprender lo que representa. A diferencia de los adultos, abrir regalos con los niños puede ser una oportunidad para trabajar valores esenciales como la gratitud, la empatía y el acto de compartir.
La experta de VIU invita a hacer algunas preguntas valiosas cuando se reciben los obsequios. ¿Quién habrá pensado en ti?, ¿Cómo podemos agradecer este regalo?, ¿Qué le podría gustar a la otra persona?. Esas preguntas permiten que el niño entienda el regalo como un gesto, no solo como una recompensah inmediata.
Los de valor alto
-
«Recibir muchos regalos o que sean de alto valor económico anestesian el cerebro emocional infantil», advierte Dominguez Martín. Adiciona: «Se pierde el simbolismo del regalo en sí, no tiene valor ni el esfuerzo de la persona por conseguirlo, ni el gesto de elegir un regalo con una persona concreta en el pensamiento, ni ninguno de los valores comentados anteriormente».
-
Un efecto adverso en la sobreestimulación es la baja tolerancia a la frustración cuando los regalos, de repente, no sean numerosos o de gran valor; la saturación emocional cuando, antes la cantidad de regalos, estos pierden interés rápidamente al destapar uno tras otro; asociación equivocada de valores, creyendo que recibir muchos regalos es equivalente a ser muy querido; y las expectativas irreales, donde el siguiente regalo deba ser siempre mejor que el anterior, algo que no es real en la vida.
Dar buen manejo
Para equilibrar el aspecto emocional con el material, la recomendación es dar menos regalos, pero con mayor significado. Puede ser útil aplicar una regla de tres, donde se obsequie algo muy deseado por el niño, algo para leer y algo para jugar juntos, y explicar los motivos del por qué elegir ese tipo de regalos. Y aunque muchos otros familiares no participen de esta dinámica, es clave que respeten la iniciativa y se le dé el protagonismo necesario.
-
Es igualmente positivo que los niños se involucren en hacer regalos para otros, así se fortalece la empatía. La experta recomienda invitarlos a pensar qué le gustaría a un amigo, preparar un envoltorio especial o escribir una frase para un ser querido.
A nivel global, refiere la Universidad Internacional de Valencia, el mercado de juguetes y juegos tradicionales fue de 96,13 mil millones de dólares en lo que va de 2025, con proyección a crecer hasta los 104,46 mil millones de dólares en 2030, según cifras de Mordor Intelligence. Y hay una tendencia marcada hacia elegir juguetes educativos y de desarrollo. Esta consciencia del juguete con propósito es interesante, pero quizás lo es más el cómo se experimenta el acto de abrir los regalos en Nochebuena, porque puede tener unas implicaciones más profundas y los padres deberían estar más atentos a esto.