Cambió el riesgo por la ilusión en Manizales: le ayudan tras años de ventas en la calle, recibió un módulo

Ya tenía voluntad, mercancía y una clientela fiel. Solo le faltaba un lugar seguro para vender.

El negocio de Alejandro Castaño Jiménez recibió un módulo metálico en Manizales, una nueva vitrina para sus galletas de chocolate. El pasado lunes, empezó a cambiar su canasta por un estante y a los compradores-conductores por peatones antojados.

Con orientación de la Alcaldía, el emprendedor llenó un formulario para solicitar un lugar en el espacio público, con éxito.

El negocio sale del túnel

Castaño se las arregló durante tres años para vender sus galletas cerca del túnel de la calle 52, en La Leonora, al pie de la vía. Un separador se convirtió en su refugio para atender a ocupantes de carros y motos, de 2:00 de la tarde a 8:00 de la noche. La jornada laboral de este manizaleño de 23 años empieza ordenando su mercancía y echándose la bendición.

Durante su estancia, los pitos de los vehículos adquirieron un significado adicional: servían para hacerle un pedido al vendedor, quien se acercaba con una sonrisa como valor agregado.

Cuando la Alcaldía le ofreció mudarse a un módulo metálico, Castaño sintió temor de perder su clientela y su red de apoyo en la zona. Luego, él y su familia se convencieron de que el cambio era bueno para su salud física y financiera.

Su llegada al túnel se dio hace dos años, cuando un tío le recomendó probar suerte con los conductores en ese punto: "Me motivó. Me fue muy bien, tuve conocidos. Pasaban en sus carros y me saludaban. Me parece increíble haber conocido a tanta gente (…). A veces vendía 40 galletas de chocolate, otras veces no".

Estudiante y emprendedor

En las mañanas, Castaño se sumerge en las letras y los números, mientras aprende a leer, escribir, sumar y restar en el colegio. Una vez se terminan las clases, emprende con sus dulces. "Voy a cumplir cinco años vendiendo galletas en la calle. Antes vendía tapabocas en Villamaría, duré dos años", relata.

Su prima Leidy Marcela Jiménez Saldarriaga revela qué moviliza a Castaño: sentirse independiente y sobreponerse a las condiciones de salud que padece (parálisis cerebral leve, escoliosis múltiple y asma). "A él le gusta ser trabajador y conseguir su sustento", destaca.

Por ejemplo, Alejandro es su propia fuente de empleo. Tomó esa decisión porque en otras entidades no tuvo oportunidades laborales por su condición de salud, en la que no puede emplear fuerza.

Red de apoyo

"Mi mamá murió cuando yo tenía un año", expresa Castaño. Desde que su prima Leidy Marcela Jiménez tenía 9 años, ella ayudó a los abuelos y a una tía de Alejandro en la crianza.

"En el diagnóstico de él nos dijeron que nunca iba a caminar ni a gatear", narra ella. Sin embargo, agradece que las terapias revirtieron ese pronóstico y le permitieron empezar a caminar en sus dos hogares: una casa en Villamaría y una finca en Manizales.

Hoy, la herencia que Leidy le quiere dejar a su primo es el estudio. Él corresponde ese deseo. Ansía aprender a leer para empezar a estudiar en el Sena y trabajar con ganado, especialmente en su vacunación. "Eso es lo que me encanta", manifiesta.

Una venta viral

A las 3:00 de la tarde del pasado lunes, peatones y funcionarios de la Alcaldía rodeaban el módulo de ventas ubicado frente a Farmatodo, en la avenida Santander. En medio de ellos se ubicaba Castaño, posando para la transmisión en vivo de su cuenta de Tiktok, que suma 37 mil 900 seguidores y se encuentra como "Alejocastano3" o
"La Pandilla de Alejo Amor".

"Gracias por el apoyo", decía el vendedor cuando la emoción por tener un nuevo puesto de trabajo se lo permitía. Les dedicaba el mensaje a sus clientes, a su familia y a la Alcaldía.

Mientras esperaba la apertura del módulo, cambiaba de preocupación. En lugar del tránsito vehicular, el sol, la lluvia y un robo que sufrió en el túnel, se planteaba cómo ampliar la mercancía para llenar los estantes. Con ayuda de su familia y de quien desee donarle productos empaquetados, su idea es sumar bombones, chicles y papas fritas al inventario.

Una vez se apoderó del módulo, la nueva ubicación se encargó de ilusionarlo. Comprobó que el andén de la avenida Santander le sirve clientes en bandeja de plata y su familia empezó a acelerar la apertura del negocio.

Ayuda sin rostro

Una tarde de lluvia del 2024 le llevó a Alejandro Castaño Jiménez uno de sus recuerdos más gratos: la visita de Camilo Cifuentes, una celebridad sin rostro en redes sociales que ayuda con regalos y dinero a comerciantes en las calles.

"Yo estaba vendiendo, era la hora pico y alguien me ofreció comprar una galleta por $20 mil", anota Castaño sobre el primer acercamiento. El vendedor agradeció y Cifuentes le tendió una mano desde entonces.

El influenciador le compró ropa en diciembre. Además, le dio un celular nuevo, luego de que Castaño sufrió un robo en las inmediaciones del túnel de la calle 52 de Manizales. "Me siento muy agradecido con él y con toda la gente que me ha apoyado", resume el emprendedor.

Un techo comercial

Paula Andrea Sánchez, secretaria del Interior de Manizales, asegura que la Alcaldía desarrolla estudios socioeconómicos de los comerciantes informales de la ciudad para ofrecerles mejores espacios: "Hemos encontrado algunos casos con vendedores que tienen alguna discapacidad, son adultos mayores o llevan muchos años de tradición en determinados lugares. Se han vuelto parte del día a día de la ciudad".

Así como le entregaron un módulo a Alejandro Castaño Jiménez, la funcionaria anticipa que han identificado a más personas que serán ubicadas en sitios estratégicos para potenciar sus ventas.

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