
Líderes de izquierda piden unidad frente a la "internacional del odio"

Los jefes de Estado o de Gobierno de España, Brasil, Colombia, Uruguay y Chile buscaron ayer (21 de julio) en Santiago mandar un mensaje de unidad frente al avance de los extremismos y los autoritarismos en distintas partes del mundo y se comprometieron a fortalecer la democracia y el multilateralismo.
Los cinco líderes izquierdistas denunciaron que la democracia hoy en día está "amenazada" en muchas partes del mundo por elementos que, como dijo el presidente chileno y anfitrión de la cita, Gabriel Boric, son "más sutiles" que la fuerza militar, como "la desinformación, el avance del odio, la corrupción o la concentración del poder".
En una comparecencia conjunta desde el palacio La Moneda (sede del Gobierno chileno), los líderes instaron a sus colegas izquierdistas en el resto del mundo a crear un frente común y "pasar a la ofensiva" contra lo que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, llamó "la internacional reaccionaria del odio y la mentira" y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó como "una nueva ofensiva antidemocrática".
"El progresismo mundial debe juntarse en todo el mundo y encender la luz cuando las tinieblas llegan", apuntó el colombiano Gustavo Petro.
"Alternativas que entreguen resultados"
Los cinco líderes coincidieron en que la izquierda tiene que hacer "autocrítica" y preguntarse, como sostuvo el uruguayo Yamandú Orsi, por qué el progresismo no está logrando "evitar el crecimiento de los extremos y la pérdida de confianza en el diálogo".
En ese sentido, Boric dijo que "no basta con apuntar a quien piensa distinto y decir que es una amenaza", sino que el progresismo tiene que proponer una alternativa que "entregue resultados y mejore las condiciones de vida de nuestros pueblos".
"La ultraderecha vive políticamente del miedo, se alimenta de la nostalgia de un pasado que nunca existió, y por eso es crucial avanzar en políticas que ofrezcan certezas, horizonte y esperanza ante el futuro a las generaciones presentes y futuras", agregó Sánchez.
La cumbre se celebra en un momento geopolítico complejo, con la ultraderecha haciéndose fuerte en muchos países y a días de que entren en vigor el próximo 1 de agosto los nuevos aranceles anunciados por Trump a la Unión Europea, Brasil y a las importaciones de cobre, entre otros.
"En este momento en que el extremismo intenta reeditar prácticas intervencionistas, precisamos actuar juntos", agregó Lula, que no hizo mención explícita a la política comercial de Trump, como tampoco el resto de líderes.
"Volver a hablar de las necesidades de la gente"
El encuentro en Santiago ha despertado críticas en la oposición de los cinco países participantes por el momento geopolítico en el que se celebra, en plena guerra comercial, y porque algunos de los líderes enfrentan complejas situaciones domésticas, especialmente Sánchez y Petro.
Para Rodrigo Espinoza, de la Universidad Diego Portales, si el progresismo mundial quiere frenar el avance ultra "debe volver a hablar de las necesidades de la gran mayoría de las personas y de su bienestar social y económico".
"Un ejemplo de lo que representa hoy la agenda del progresismo lo encarnó la candidatura de Kamala Harris que se centró en temas identitarios más que en economía, seguridad y migración. El progresismo necesita volver a estar en discusiones que en un momento se dieron por superadas", agregó.
El politólogo Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile, apuntó sin embargo a que el progresismo tiene poco que hacer hoy en día ya que "la experiencia internacional demuestra que son los sectores de centro o los partidos de derecha con compromisos arraigados con las instituciones democráticas los que consiguen frenar a la ultraderecha".
"Lo hemos visto, por ejemplo, con la coalición amplia que gobierna en Alemania", integrada por los dos grandes partidos del país, los conservadores de la CDU y los socialdemócratas del SPD", concluyó
Nuevos miembros
El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció que los mandatarios de México, Honduras, Reino Unido, Canadá, Sudáfrica, Dinamarca y Australia decidieron unirse a la alianza internacional en defensa de la democracia.
Boric confirmó que los líderes de todos esos países estarán presentes en la próxima reunión del grupo, que se celebrará en septiembre, en Nueva York, en paralelo al 80° período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
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