
Hermana Ana María Echeverri, 90 años de bondad inagotable: legado de servicio en Manizales

A las 5:30 de la mañana, mientras la ciudad permanecía en silencio, la hermana Ana María Echeverri Jaramillo ya estaba de pie. Cada día llegaba primero a la capilla de Obras Sociales Betania, encendía las luces y se entregaba a la oración. Así comenzaba sus jornadas, marcadas por la serenidad y un compromiso absoluto con quienes acudían a la fundación en busca de ayuda.
El pasado domingo, apenas tres días después de cumplir 90 años, falleció en Cali tras un deterioro progresivo de su salud. Con su partida, se acaba un legado que durante más de seis décadas apoyó la vida de miles de personas en Caldas y otras regiones del país.
La decisión de ingresar a una congregación religiosa cuando recién había obtenido su grado como bachiller sorprendió a sus amigas. La recuerdan como una mujer alegre, sociable y que disfrutaba las fiestas. En la foto, la hermana Ana María está a la derecha.
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Vocación temprana y sorprendente
Nacida el 17 de julio de 1935 en Neira (Caldas), fue la segunda de siete hijos. Creció en una familia donde la generosidad era un valor compartido.
Su padre, Alfonso Echeverri, falleció cuando ella era niña, lo que llevó a la familia, entonces encabezada por su mamá, María Jaramillo, a trasladarse a Manizales.
Allí, al culminar el bachillerato, decidió ingresar a la comunidad de las Dominicas de la Presentación, sorprendiendo a quienes la conocían como una joven alegre y sociable y nunca se la habrían imaginado vestida con un hábito.
A los 17 años inició su vida religiosa. Se formó como licenciada en Educación y Ciencias Religiosas y trabajó como docente en Salamina, Honda, Garzón, Ibagué, Cali y Cartago, donde dejó un recuerdo imborrable por su dulzura y firmeza.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
La hermana Ana María fue la segunda hija de la familia Echeverri Jaramillo. Sus seis hermanos fueron Gilberto, Hernando, Clementina, Helena y Yolanda.
Apostolado de hechos, no de palabras
En el 2011 asumió la dirección de la fundación Obras Sociales Betania en Manizales, cargo que desempeñó durante 11 años. Desde allí lideró programas como el Plan Padrinos, que permitió a cientos familias acceder a vivienda, alimentos y medicamentos.
Beatriz Eugenia Pardo, actual directora ejecutiva de Betania, la recuerda como una mujer “espectacular, generosa y siempre dispuesta a escuchar”. Resalta cómo su cercanía con la comunidad vulnerable iba más allá de la entrega material: ofrecía consuelo y apoyo emocional a cada persona que tocaba las puertas de la fundación. Su lema era que nadie se podía ir de allí con las manos vacías.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
Una de las últimas fotografías que conserva la actual directora de Betania, Beatriz Pardo, con su antecesora, la hermana Ana María Echeverri.
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Liderazgo humilde
Olga Rivas, una de sus cuñadas, destaca que la hermana Ana María era un verdadero ejemplo de vida. Nunca se alteraba ni reaccionaba con dureza. Ante cualquier situación difícil, encontraba el camino para resolverla con serenidad, convencida de que cada persona podía cambiar si se le brindaba orientación y apoyo.
Constanza Moreno, miembro de la junta directiva de la fundación, coincide en señalarla como una líder incansable y generosa, capaz de movilizar recursos y personas con una humildad que inspiraba. “Era un privilegio trabajar con ella”, afirma.
Fernando Jaramillo, sobrino de la religiosa, la describe como un ser humano de bondad absoluta. Para él, Anita –como la llamaban en familia– fue un ángel en la vida de quienes la conocieron, siempre pendiente de las necesidades de otros y con una ternura infinita hacia sus seres queridos.
La alimentación para los más necesitados fue uno de los objetivos que siempre procuró cumplir la hermana Ana María.
Un final sereno
Luego de retirarse de Betania, se trasladó a Cali para residir en el hogar Hermanas Mayores Sainville, de su congregación. Allí pasó sus últimos meses, aquejada por problemas cardíacos y una enfermedad pulmonar.
La familia había planeado festejar sus 90 años, pero la salud frágil de la hermana Ana María no permitió la celebración. Se apagó con tranquilidad, como una vela que ya cumplió la misión de iluminar durante toda su vida.
La hermana Ana María Echeverri Jaramillo fue la única religiosa de su familia.
Caldense del Año 2019, un homenaje en vida a la hermana Ana María Echeverri
El premio de Caldense del Año 2019, otorgado por LA PATRIA a la hermana Ana María Echeverri, fue un reconocimiento a toda una vida dedicada a los demás.
Para el jurado, su liderazgo humilde y su capacidad de transformar la ayuda social en una red de esperanza fueron razones suficientes para destacarla entre 30 postulados.
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Empleados de Betania recuerdan a la hermana Ana
Tatiana Vásquez, jefe de comunicaciones
Admiro profundamente su generosidad, su entrega silenciosa y constante a la comunidad. Hermana Ana María, gracias por enseñarme, con su ejemplo, que nadie debería irse con las manos vacías. Gracias por querer tanto a mis hijas y por ser una presencia tan valiosa en nuestras vidas. Su luz deja huellas que no se borran.
Carlos Osorio, contador
Descanse en paz, hermana Ana. Ejemplo de vida, de humildad, de plena espiritualidad. Gracias por sus enseñanzas de vida, infinitas gracias.
Hermana Mayeli Esperanza Chacua, coordinadora social
La hermana Ana María fue muy entregada al servicio de los pobres y más necesitados en Manizales. Ella vivió fielmente el carisma de la beata Marie Poussepin (fundadora de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación), en sencillez, generosidad, fraternidad y entrega total. Lo hizo siempre desde el fondo de su corazón. Es un legado muy grande el que ella ha dejado y siempre la tendremos presente.
Jorge Mejía, ingeniero
La hermana Ana María fue una persona de gran carisma. Hizo mucho por las obras. Es una pérdida lamentable, tanto para la institución como para la ciudad. Se merece todos los homenajes y unos agradecimientos muy especiales por lo que hizo, por lo que fue y por lo que representó para Obras Sociales Betania.
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Hogares transformados en Manizales con la fundación Betania
Durante los 11 años de la hermana Ana María Echeverri en la dirección de la fundación Obras Sociales Betania se destacaron estas cifras en el área de construcción, que les cambiaron la vida a cientos de hogares en Manizales:
- Barrio San Sebastián: 16 bloques de 257 apartamentos, restaurante para 150 adultos mayores, proyectos deportivos para niños y adolescentes y Centro Comunitario Integral.
- Barrio Solferino: restaurante, en asociación con los padres rogacionistas, para 110 adultos mayores.
- Barrio Fátima: 7 bloques de 196 apartamentos en el proyecto Mirador de Fátima.
- Barrio Camilo Torres: 3 bloques de 76 apartamentos en el proyecto Torres de la Presentación.
- Barrio Cervantes: 1 bloque con 26 apartamentos en el proyecto Mirador del Sagrado Corazón.
"A los niños los quiere todo el mundo y los cuidan los papás. Los adultos tienen la fuerza y las capacidades para sobrevivir por sí solos. A los adultos mayores nadie les presta atención, por eso nosotros debemos auxiliarlos", decía la hermana Ana María.
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