Institución Universitaria Visión de las Américas: 15 años de impacto académico y social en el Eje Cafetero
En 2010, cuando abrió sus puertas en Pereira con los programas de Medicina y Odontología, la Institución Universitaria Visión de las Américas asumió un propósito sencillo y exigente a la vez: formar profesionales humanos, para una sociedad más humana; en otras palabras, educar para servir. Quince años después, ese propósito se reconoce en rostros y cifras que tienen un hilo común, poner el conocimiento al servicio de la gente, desde la región, para el país.
Hoy, la sede Pereira reúne 2.700 egresados, 1.600 estudiantes activos, 200 docentes y cerca de 100 colaboradores. No son números aislados, detrás hay guardias en hospitales, prácticas en barrios y comunidades, proyectos en laboratorios y aulas que se volvieron puente hacia el primer empleo. Solo en Medicina y Odontología, más de 1.300 profesionales ya ejercen en el país y el mundo, atendiendo necesidades reales del sistema de salud y la atención primaria.

De dos programas a un ecosistema académico para la región
La oferta ya no es solo salud. Hoy convergen Derecho, Ingeniería de Software, Ingeniería Biomédica, Medicina Veterinaria y Zootecnia, además de las especializaciones en Medicina Familiar y Evaluación y Gerencia de Proyectos. Esta diversidad no responde a una moda, sino a una lectura del territorio, una región que demanda gestión, un sector tecnológico que exige talento local, cadenas productivas que piden innovación, y justicia que necesita profesionales con enfoque humano.
La apuesta por la pertinencia también se lee en su infraestructura de servicio, la Clínica Veterinaria de Pequeñas Especies en la Avenida Circunvalar atiende casos de alta complejidad con tecnología de punta y un equipo medico y académico altamente capacitado, la Clínica Odontológica del Campus Belmonte se volvió puerta de entrada para cientos de usuarios, el Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación ofrece orientación y rutas legales a población que lo necesita, y el Centro de Idiomas amplía competencias comunicativas en inglés para la movilidad académica y laboral. Cada unidad cumple una doble función, es aula viva para los estudiantes y, al mismo tiempo, servicio real para la comunidad.
En línea con estos servicios, se encuentra también el Centro de Emprendimiento que se volvió un puente para que cientos de estudiantes conviertan ideas en realidad. Hoy vemos clínicas odontológicas lideradas por sus egresados, servicios y empresas creadas por médicos, proyectos veterinarios con sello institucional, startups de software y proyectos biomédicos apoyados por los estudiantes de la Facultad de Ingeniería, y emprendimientos jurídicos de abogados que actúan en altas esferas del sector público y privado.
Investigación que impacta socialmente
En paralelo, la investigación dejó de ser un anexo para convertirse en motor. La sede cuenta con grupos de investigación reconocidos, 13 semilleros y 20 investigadores acreditados por MinCiencias, además de 45 convenios con universidades a nivel nacional e internacional. Esto significa proyectos que miden resultados en la sociedad y en las empresas; producción científica que ha logrado posicionarse en rankings como Sapiens Research y listados internacionales, y una cultura de aula que enseña a preguntar, a investigar y a validar con datos.
Así pues, no se trata de activismo ocasional. En la última década se han realizado más de 1.900 actividades de proyección social con más de 20.000 personas beneficiadas. Talleres de prevención en salud, brigadas jurídicas, acompañamiento psicosocial, alfabetización digital, apoyo a emprendimientos y prácticas comunitarias que sostienen una idea: la pertinencia no se proclama, se demuestra.
Quince años no son una meta, son una base. Bajo el liderazgo del equipo directivo, administrativo y académico, el reto es seguir creciendo sin perder el centro inicial de tener excelencia con sentido humano. En la agenda, la Institución continúa proyectándose con innovación educativa, internacionalización, fortalecimiento de programas virtuales, más investigación aplicable y la expansión de servicios a la comunidad con mayor impacto social.
Porque al final, el mejor indicador es el mismo con el que su historia comenzó: cuando la formación se une al servicio, el conocimiento encuentra su mejor sentido.

