
¿Qué pasa cuando un papa muere? Este es el protocolo del Vaticano

Tras el fallecimiento del papa Francisco este lunes 21 de abril del 2025 a los 88 años, el Vaticano entra oficialmente en Sede Vacante.
A partir de este momento, la Iglesia Católica activa un protocolo riguroso que incluye la verificación del deceso, los rituales funerarios, el luto oficial y la preparación del cónclave, donde los cardenales deberán elegir al próximo pontífice.
Esta guía explica paso a paso qué sucede cuando muere un papa.
En resumen
- La muerte de un papa desencadena un proceso que comienza con la verificación del fallecimiento por el camarlengo, quien rompe el anillo del Pescador y sella los aposentos papales para proteger documentos importantes y pertenencias personales del difunto pontífice.
- Durante el periodo de Sede Vacante, el gobierno de la Iglesia Católica recae temporalmente en el Colegio Cardenalicio, mientras se realizan nueve días de ceremonias fúnebres conocidas como novendiales, que culminan con el entierro del papa según las instrucciones dejadas en su testamento.
- Entre 15 y 20 días después del fallecimiento, los cardenales menores de 80 años se reúnen en el cónclave, un proceso de votación secreta y aislada en la Capilla Sixtina, donde se requieren dos tercios de los votos para elegir al nuevo pontífice, quien al aceptar se convierte inmediatamente en el nuevo papa.
Verificación del fallecimiento
El proceso tras la muerte de un papa está regulado por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996 y modificada por Benedicto XVI en 2013.
Cuando el pontífice muere, el primer paso oficial lo realiza el camarlengo de la Santa Iglesia Romana, un cardenal designado previamente que debe verificar formalmente el fallecimiento. Tradicionalmente, este procedimiento incluía:
- Llamar tres veces al papaa por su nombre de pila
- Golpear suavemente su frente con un martillo de plata
- Certificar el fallecimiento ante testigos
Una vez confirmada la muerte, el camarlengo destruye el Anillo del Pescador, sello personal del Papa, golpeándolo con un martillo. Este acto simboliza el fin del pontificado y evita falsificaciones de documentos.
Hoy en día algunos de estos gestos, como el del martillo en la frente, ya no se hacen; ahora la verificación se realiza con métodos médicos normales y en presencia de testigos.
Anuncio oficial y primeras acciones
La Sala de Prensa de la Santa Sede comunica oficialmente el fallecimiento al mundo. El camarlengo sella los aposentos privados del papa y toma medidas para preservar sus documentos.
Inmediatamente, se inicia el periodo conocido como "Sede Vacante" (sede vacía), durante el cual:
- La administración ordinaria pasa al Colegio de Cardenales
- Se suspenden las audiencias y actividades no esenciales
- El cuerpo del papa es preparado para ser expuesto
Preparación del cuerpo
El cuerpo del pontífice fallecido recibe un tratamiento especial para su conservación y presentación pública:
- Embalsamamiento básico para preservarlo durante los días de exposición
- Vestimenta con los ornamentos litúrgicos rojos propios de su cargo
- Colocación en un féretro inicialmente abierto para permitir la visita de los fieles
Tradicionalmente, el cuerpo es expuesto en la Basílica de San Pedro, donde miles de fieles pueden presentar sus respetos. Esto suele durar entre tres y cinco días, dependiendo de factores como la conservación del cuerpo y circunstancias específicas.
Novendiales: nueve días de luto
Durante los nueve días posteriores al fallecimiento se celebran ceremonias conocidas como "novendiales" (del latín "novem dies", nueve días).
Estas incluyen:
- Misas diarias por el alma del papa difunto
- Oraciones especiales en todas las iglesias católicas del mundo
- Ceremonias oficiales de despedida con presencia de dignatarios internacionales
El funeral solemne se celebra habitualmente al final de este periodo, presidido por el Decano del Colegio Cardenalicio. El rito sigue el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro ceremonial específico para funerales papales.
El entierro del papa
El lugar y modo de entierro dependen de las instrucciones dejadas por el difunto pontífice en su testamento. La mayoría de los papas recientes han sido enterrados en las grutas vaticanas, bajo la Basílica de San Pedro.
El ritual de entierro incluye:
- Colocar el cuerpo en tres ataúdes: uno de ciprés, otro de plomo y un tercero de roble
- Introducir en el féretro monedas acuñadas durante su pontificado
- Incluir un pergamino con un breve resumen biográfico del pontífice
- Sellar definitivamente el ataúd
Algunos papas han expresado deseos de ser enterrados en otros lugares significativos para ellos. Por ejemplo, el papa Benedicto XVI fue enterrado en las Grutas Vaticanas, en la antigua tumba de San Juan Pablo II, quien posteriormente fue trasladado a la Basílica tras su beatificación.
Gobierno interino de la Iglesia
Durante la Sede Vacante, el Colegio Cardenalicio asume responsabilidades limitadas:
- Mantiene la administración ordinaria de la Iglesia
- No puede tomar decisiones que correspondan exclusivamente al papa
- No puede nombrar obispos ni crear cardenales
- Prepara la elección del nuevo pontífice
El camarlengo, asistido por tres cardenales elegidos por sorteo, coordina este periodo interino. Su función principal es preparar el cónclave para elegir al nuevo papa.
El cónclave: elección del nuevo papa
Entre 15 y 20 días después del fallecimiento, los cardenales menores de 80 años se reúnen en el cónclave para elegir al sucesor. El término "cónclave" proviene del latín "cum clave" (con llave), ya que los cardenales permanecen encerrados hasta elegir al nuevo pontífice.
El proceso sigue estas etapas:
- Los cardenales electores se alojan en la residencia Santa Marta
- Celebran la Misa "Pro Eligendo papa" (Para la elección del papa)
- Entran en procesión a la Capilla Sixtina
- Juran mantener el secreto de las deliberaciones
- Las puertas son cerradas y vigiladas
La elección se realiza mediante votaciones secretas, hasta cuatro por día. Los cardenales escriben su elección en papeletas que son contadas públicamente. Se requiere una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo papa.
Después de cada votación sin resultado definitivo, las papeletas se queman con aditivos químicos que producen humo negro visible desde la Plaza de San Pedro. Cuando hay elección, se produce humo blanco.
Aceptación y primeros actos del nuevo papa
Una vez elegido, el nuevo papa debe aceptar el cargo. Si acepta, inmediatamente se convierte en el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Entonces:
- Elige su nombre papal
- Es vestido con las vestiduras blancas papales
- Recibe el "anillo del pescador" y otros símbolos de su autoridad
- El Cardenal Protodiácono anuncia al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro: "Habemus Papam" (Tenemos papa)
El nuevo pontífice aparece ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro y imparte su primera bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo). Días después, se celebra la ceremonia de inicio de su pontificado.
Casos excepcionales: renuncia papal
Aunque este artículo se centra en la muerte de un papa, es relevante mencionar que el procedimiento tras una renuncia papal es similar en muchos aspectos. La principal diferencia es que no hay funeral ni entierro.
El caso más reciente fue el del papa Benedicto XVI, quien renunció el 28 de febrero de 2013, convirtiéndose en "papa emérito". Su decisión activó los mismos protocolos para la elección de un nuevo pontífice, resultando en la elección del papa Francisco.
Tras la renuncia de Benedicto XVI:
- Su anillo del Pescador fue "cancelado" pero no destruido
- Se retiró a un monasterio dentro del Vaticano
- Mantuvo el título de "Su Santidad" aunque como papa emérito
- Se celebró el cónclave como si hubiera fallecido
El legado del pontificado
Tras la muerte de un papa, comienza la evaluación histórica de su pontificado. La Iglesia inicia un periodo de reflexión sobre su impacto y legado.
Algunos papas pueden ser considerados para el proceso de beatificación y canonización, como ocurrió con Juan XXIII y Juan Pablo II. Este proceso puede comenzar cuando el Sumo Pontífice en ejercicio levanta el periodo de espera habitual de cinco años tras la muerte.
Los escritos, encíclicas y enseñanzas del papa fallecido permanecen como parte del magisterio de la Iglesia, aunque su interpretación y aplicación pueden evolucionar con el tiempo bajo nuevos pontificados.