
Lo que debe saber sobre la amigdalitis: síntomas, riesgos y recomendaciones médicas

Desde sus cuatro años, Estefanía tuvo que soportar los dolores y otras molestias que le producía la amigdalitis que la aquejó hasta sus 12 años, cuando tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por esta condición.
La amigdalitis, según Álvaro Augusto Zuluaga (especialista en rehabilitación cardiopulmonar y terapeuta respiratorio), es una afección frecuente que se produce cuando las amígdalas se inflaman.
“Estas estructuras, ubicadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta, tienen forma de almendra y pertenecen al sistema linfático, actuando como una primera línea de defensa frente a microorganismos que ingresan por boca o nariz”.
El experto explicó que la función principal de estas es la de detectar y combatir virus y bacterias, pero al enfrentarse a estos agentes, pueden inflamarse como mecanismo de protección.
“Esta respuesta suele causar dolor de garganta, fiebre y dificultad para tragar. Aunque muchas veces el cuadro se resuelve solo, puede derivar en complicaciones si no se trata de forma adecuada”, agregó Zuluaga.
La protagonista de esta historia supo en carne propia lo mal que se pasa por las manifestaciones descritas. Ella faltó muchas veces a su colegio y tuvo que someterse a tratamientos antibióticos. Todo terminó cuando se las extrajeron en lo que antes se conocía como Clínica Villapilar, hoy Avidanti.
Al punto
Esta condición puede afectar tanto a niños como a adultos y sus causas, tratamientos y prevención son temas de constante consulta médica. Conocer este mal puede ayudarlo a prevenir su desarrollo.
De esto habló Zuluaga:
- Pero, ¿se da más en niños?
Si, se presenta con mayor frecuencia en los niños y luego en los jóvenes. En los niños, porque el uso de objetos como biberones o chupetes facilita el ingreso de virus y bacterias. En los jóvenes y adultos, se da en quienes tienen infecciones respiratorias recurrentes o alergias, que predisponen a esta inflamación.
- ¿Qué pasa con los pacientes inmunosuprimidos?
Sí, cualquier persona inmunosuprimida tiene más riesgo. Al tener un sistema inmunológico debilitado, incluso una simple gripe puede desencadenar una inflamación en las amígdalas. Este órgano se activa para protegerse de los microorganismos presentes en el ambiente.
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- Mencionó que los niños llevan gérmenes a la boca con las manos, ¿qué tan importante es entonces el lavado frecuente?
Es fundamental. Hay que estar muy pendientes de que los niños tengan las manos limpias, porque esto no solo previene infecciones en las amígdalas, sino también intestinales y respiratorias. Y no solo aplica para los niños, muchos adultos no tienen una adecuada higiene de manos y eso también representa un riesgo.
- Como efecto secundario…
Sí, puede ser secundaria a otras infecciones. Por ejemplo, cuando se tiene una infección respiratoria aguda, una gripe común o una faringitis bacteriana, las amígdalas se inflaman como mecanismo de defensa. Las bacterias tienden a acumularse en esa zona, porque es la primera línea de contacto.
- ¿En qué casos se recomienda la extracción de las amígdalas?
Se recomienda cuando hay una hipertrofia, es decir, cuando están muy agrandadas, y cuando el paciente presenta infecciones recurrentes que no responden al tratamiento. Si las amígdalas son tan grandes que dificultan la respiración o la deglución, se debe considerar también la cirugía.
- ¿Qué tan riesgosa puede ser esa cirugía?
Toda cirugía implica un riesgo. Por eso es esencial realizar exámenes prequirúrgicos adecuados, revisar los medicamentos que esté tomando el paciente y seguir con rigor el control posoperatorio. Con esos cuidados, se minimizan los riesgos.
- En pacientes con continua medicación…
Cuando se trata de amigdalitis crónicas, el tratamiento con antibióticos, especialmente penicilina, es necesario para prevenir complicaciones como fiebre reumática o enfermedad cardíaca. Es una medida preventiva que se usa en muchos casos para evitar mayores consecuencias.
- Pero, ¿el uso prolongado de antibióticos no tiene efectos secundarios?
No, si está indicado correctamente por un médico. El antibiótico va dirigido directamente a la infección. Sin embargo, sí pueden surgir problemas cuando hay abuso o automedicación. Ahí sí vemos alteraciones en el cuerpo. Por eso es clave seguir las indicaciones médicas.
- ¿Qué alimentos ayudan a prevenir la amigdalitis o a aliviar los síntomas?
Son recomendables los alimentos ricos en vitamina C. También es importante evitar lácteos, enlatados, embutidos y azúcares refinados, ya que estos promueven procesos inflamatorios. Una dieta equilibrada puede facilitar tanto la prevención como la recuperación.
Aquí el agua es fundamental. Mantener la mucosa hidratada, en este caso la mucosa respiratoria, ayuda en la prevención de infecciones y también en el cuidado general de las vías respiratorias. Es una medida básica pero muy efectiva.
Manifestaciones comunes
Ilustración | www.freepik.es | LA PATRIA
Al dolor de garganta, a la fiebre y a la dificultad para tragar, se suman otras manifestaciones:
- Pueden lucir rojas e inflamadas. En algunos casos, puede haber placas blancas o amarillas (nótese en la imagen).
- Glándulas inflamadas en el cuello.
- Decaimiento.
- Malestar general.
- Inapetencia.
- Intolerancia.
- Mal aliento.
- Dolor de cabeza.
- En menores puede producir babeo constante.
Tenga en cuenta
La Organización Mundial de la Salud advierte que, frente a la amigdalitis, es importante conocer los síntomas, buscar atención médica en el menor tiempo posible y evitar la autoformulación.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
Álvaro Augusto Zuluaga.
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