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Los trastornos intestinales duplican el riesgo de enfermedades como el Párkinson y el Alzhéimer: ¿por qué?

2025-09-01
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Foto | www.freepik.es | LA PATRIA | Investigación internacional detalló la relación entre el intestino y el cerebro, que podría dar luces en el Alzhéimer y en el Párkinson.
lapatria.com

El aparato digestivo y el cerebro están más conectados de lo que se pensaba, hasta el punto de que quienes padecen trastornos intestinales persistentes tienen hasta el doble de probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como Alzhéimer o Párkinson, según ha confirmado un estudio dirigido por la española Sara Bandrés-Ciga.

La investigadora, directora del área de neurogenética en el Centro para la Investigación del Alzheimer y otras demencias de los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), codirigió este macroestudio que bebe de tres grandes bases de datos: el BioBanco del Reino Unido y los biobancos de Escocia (SAIL Biobank) y Finlandia (FinnGen).

Sus revolucionarios hallazgos aparecen recogidos en la revista científica Science Advances. A ellos ha contribuido también el científico Armando Reyes, de la española Universidad de Málaga.

 

Relación intestino-cerebro

"El aparato digestivo tiene su propio ‘segundo cerebro’, el sistema nervioso entérico, capaz de influir en la salud de tu cerebro principal", explicó Sara Bandres-Ciga.

Partiendo de ese conocimiento, la científica española y su equipo aprovecharon la enorme base de datos de salud existente en los citados biobancos desde el año 2000 para explorar la relación entre las alteraciones digestivas y la neurodegeneración.

Los investigadores tuvieron en cuenta alguno de los 155 diagnósticos metabólicos, digestivos, nutricionales y endocrinos que tienen un impacto en el eje intestino-cerebro, incluyendo gastroenteritis, colitis o trastornos funcionales como el síndrome del intestino irritable, estreñimiento crónico, diarrea crónica y dolor y distensión abdominal.

 

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Su análisis ha revelado que "el aparato digestivo y el cerebro están más conectados de lo que se pensaba y que la salud del eje intestino-cerebro influye directamente en el riesgo de neurodegeneración", detalló la investigadora.

"Nuestros datos muestran que las personas con trastornos intestinales persistentes pueden tener hasta el doble de probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como Alzhéimer o Párkinson, después del inicio de las patologías del eje intestino-cerebro", apuntó.

Estas correlaciones se han cuantificado y replicado en distintos intervalos de tiempo. Es decir, desarrollo de neurodegeneracion a 5, 10 o 15 años.

 

La neurodegeneración, desequilibrio de otros sistemas

Dentro de los diferentes diagnósticos intestinales, los investigadores detectaron que las personas con colitis no infecciosa, gastritis y esofagitis tenían una mayor tasa de desarrollo de Alzhéimer o Párkinson.

Esta relación también se ha observado en los llamados trastornos intestinales funcionales, afecciones crónicas en las que la función del intestino se altera sin que exista una enfermedad anatómica o metabólica evidente. Normalmente son males que causan dolor abdominal, hinchazón, estreñimiento, diarrea o una combinación de todos esos síntomas.

"Hemos visto que la neurodegeneración no depende solo del cerebro: nuestro aparato digestivo surge como un actor clave que modula el riesgo para desarrollar Alzhéimer y Párkinson", afirmó la investigadora.

Esto implica, a su juicio, que "debamos aproximar el estudio de las enfermedades neurodegenerativas desde un enfoque sistémico, donde la neurodegeneración no es solo una enfermedad del cerebro, sino el resultado de un desequilibrio en múltiples sistemas que interactúan a través del eje intestino-cerebro y otras rutas biológicas".

 

Prevenir también es cuidar el intestino

"Mejorar los trastornos crónicos del intestino podría reducir la inflamación, los desequilibrios metabólicos y las alteraciones de la microbiota, todos ellos mecanismos que sabemos que influyen en la función cerebral", ha destacado.

Bandrés-Ciga subrayó que "cuidar el intestino puede ser una estrategia preventiva importante", ya que -junto con hábitos de vida saludables y el control de otros factores de riesgo- podría contribuir a disminuir la probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en el futuro.

Actualmente, se estima que más de 50 millones de personas viven con demencia en el mundo y que entre 31 y 38 millones padecen específicamente la enfermedad de Alzhéimer y entre 8,5 y 12 la de Párkinson.

El estudio conocido contribuirá a identificar de forma temprana los predictores de ambas enfermedades y a mejorar las técnicas de detección precoz y tratamiento.

 


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