
Masacre de cuatro personas en Cundinamarca destapa red de narcotráfico entre Colombia y Brasil

Una masacre perpetrada por unas ocho personas el 2 de agosto del 2020 en Guaduas (Cundinamarca) fue la pista para que la Fiscalía General de la Nación desarticulara un grupo delincuencial organizado dedicado al tráfico de estupefacientes en distintas regiones de Colombia y en Brasil.
Cuatro hombres se movilizaban en un carro particular y sujetos fuertemente armados los interceptaron en la vereda Malambo. Les dispararon en la cabeza, luego los decapitaron y los lanzaron al río Magdalena. Los hallaron cerca del sitio del crimen.
A las víctimas las identificaron como José Miguel Torres Ramírez, Jónathan Cerón, Daniel David James, los tres con antecedentes; y Miguel Ángel Ulloa, sin anotaciones. Todos residían en Guaduas y uno fue miembro de las Auc.
Ese mismo año capturaron a Juanito, Caballo (cabecilla de una banda y exintegrante de las Autodefensas), Nikita (su pareja sentimental) y Matón como presuntos responsables.
Todo obedecería a la disputa que tenía Caballo con una de las víctimas por el control del tráfico de estupefacientes y extorsión a comerciantes en el Magdalena Medio. Los otros occisos no tendrían nada que ver con dicho conflicto.
La moto que dio pistas
En medio de las investigaciones, las autoridades lograron establecer que una motocicleta FZ 250 azul utilizada en la masacre era propiedad de Mauricio Álvarez Segura, alias Chirilo, gracias a información de un testigo.
Un mes antes de los hechos la habían inmovilizado en Cambao y la tenían en un parqueadero de Guaduas. Tras analizar los registros de entrega, identificaron al sujeto, sin embargo, no está vinculado a la muerte de estas cuatro personas.
Lo que sí se comprobó, en medio de interceptaciones, es que este sujeto integraba un grupo de delincuencia común organizada (GDCO) conocido como los Cariocas, dedicados a adquirir grandes cantidades de marihuana creepy en Cauca, para expenderlas en distintas regiones de Colombia y en Manaos, Brasil.
Para transportar la droga, utilizaban carros particulares, vehículos de carga pesada y fluviales. Estos últimos, para enviarla, a través de ríos, hasta viviendas ubicadas en comunidades indígenas y acopiarlas, especialmente en Puerto Nariño (Amazonas), de donde luego salía al vecino país.
Tres casos de grandes incautaciones
La Fiscalía pudo comprobar tres hechos en los que participaron estas personas, lideradas por un sujeto conocido como Perro. Se tenía información de que los Cariocas adquirieron 2.3 toneladas de marihuana.
El primero ocurrió el 21 de agosto del 2020, cuando las autoridades interceptaron un camión cisterna que transportaba 1.100 kilogramos, en Mondomo (Cauca), en la carretera entre Caloto y Santander de Quilichao, el cual dejaron abandonado los delincuentes al advertir un puesto de control.
Luego, el 7 de septiembre en La Plata (Huila), la Policía interceptó un carro particular, en el que transportaban 525 kilos de marihuana, y capturaron a sus ocupantes.
El tercer golpe ocurrió en un resguardo indígena de Puerto Nariño, el 7 de octubre. En un allanamiento, las autoridades capturaron a Priscila y Eustorgio. En su vivienda encontraron 983 kilogramos, además de un revólver, un fusil y munición.
Unos aceptaron, otros niegan
De todos los capturados, tras la recolección de pruebas, incluidas las incautaciones y las interceptaciones de llamadas, la Fiscalía Cuarta Especializada de Cundinamarca les imputó cargos por distintos delitos ante el Juzgado Primero Penal Especializado de Manizales.
Priscila y a Eustorgio son los únicos que no han aceptado cargos y esperan irse a juicio. Ellos esperaban que la jurisdicción indígena los juzgara, pero les negaron dicha petición.
Enfrentan cargos por concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas de fuego y porte ilegal de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares.
Édgar Manuel Severiche Pereira, natural de San Marcos (Sucre) y conductor del camión, aceptó cargos como coautor por porte de estupefacientes y lo condenaron a 10 años y 8 meses de prisión, mientras que a Leider Fabián Mendieta Rodríguez, otro transportador, le dieron 4 años.
Lina Marcela Orjuela Sterling, pareja sentimental de Chirilo y de Honda (Tolima) recibió una sentencia, como cómplice, de 5 años y 4 meses por tráfico de estupefacientes agravado.
Las interceptaciones permitieron determinar que esta mujer iba de pasajera en el camión cisterna que abandonaron. Adelante de ellos se movilizaba Álvarez Segura, quien hacía el papel de mosca, es decir, quien avisaba sobre la presencia de puestos de control.
Otro que llegó a un acuerdo con la Fiscalía fue Bertulfo Herrera, quien coordinaba con Perro el transporte de la droga en lanchas, para luego entregarlas a Eustorgio. También se encargaba de avisar sobre la presencia de autoridades en Puerto Nariño, al igual que Priscila. Le dieron 4 años de condena.
El último en reconocer su participación en el GDCO fue Mauricio Álvarez Segura, de 43 años y natural de Puerto Boyacá. Este se encargaba de trazar las rutas terrestres. La sentencia fue de 10 años y 10 meses.
¿Quién es el líder?
Alias Mono o Perro es señalado de liderar la organización. Lo capturaron en enero del 2024 y su proceso se adelanta ante el Juzgado Segundo Penal Especializado Itinerante de Manizales.
La formulación de acusación no se ha podido llevar a cabo, dado que la Corte Suprema estudia si es jurisdicción del despacho manizaleño.
Capacidad de almacenamiento
Esta banda tenía la capacidad de almacenar entre 15 y 20 toneladas de marihuana en comunidades contiguas a ríos de la región amazónica. El kilogramo llegaba a costar entre $1 millón 500 mil y $1 millón 800 mil.
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